De Cudillero a Mundaka
¿Qué es verdad y qué es un mito de la llegada de Vikingos a España?
A partir del ataque vikingo a Sevilla del año 844, las incursiones vikingas en el Cantábrico y las costas gallegas se volvieron recurrentes, y llegaron a amenazar Oviedo, Pamplona y Santiago de Compostela. Su presencia desencadenó la creación de mitos y leyendas, y en puertos como Mundaka, Viveiro y Cudillero se popularizó la idea de que los vikingos habían llegado a instalarse junto a los nativos.
Sin embargo, los lugares donde puede demostrarse la presencia vikinga apenas pueden contarse con los dedos de una mano mientras la arqueología se esfuerza por brindarnos respuestas.
Un asentamiento normando en viveiro
Las costas de Galicia fueron frecuentadas por vikingos y normandos durante los siglos IX, X y XI. Además de saquear cuanto podían, las flotas vikingas utilizaban las costas gallegas para abastecerse en sus largos viajes rumbo al Mediterráneo.
Muy cerca de Viveiro, en la playa de San Román de Vicedo, los arqueólogos de la Xunta de Galicia encontraron una fortificación anómala en la península ibérica: una mota castral a la usanza normanda. Este tipo de castillos consisten en dos anillos concéntricos defendidos por empalizadas de madera que protegen una colina de tierra coronada por un único torreón.
El hallazgo de una mota castral en Galicia, muy diferente a los castros celtas presenten en las cercanías, supone un reto para los arqueólogos. Mientras que la Xunta es prudente al catalogar el enclave de San Román como una fortificación vikinga, otros especialistas señalan que la cronología de las cerámicas encontradas en el yacimiento coincide con la época de la presencia normanda en España.
Los argumentos para sostener que la mota de O Vicedo fuese alzada por vikingos versan sobre su ubicación en un puerto natural protegido del oleaje. Las motas se construían a base de madera, y suponían una fortificación fácil de construir para asentamientos temporales como los que levantaban los vikingos durante sus correrías.
Pero de momento, y a falta de más estudios, es pronto para saber si O Vicedo acogió el único asentamiento vikingo de la península ibérica.
la princesa vikinga de mundaka
Al contrario que en San Román de O Vicedo, donde podemos encontrar restos arqueológicos, la presencia vikinga en el pueblo vizcaíno de Mundaka se sustenta en leyendas y crónicas de difícil interpretación. La leyenda de Jaun Zuria vincula directamente a los vikingos con los orígenes del Señorío de Vizcaya. Según el mito recogido por Lope García de Salazar en el siglo XV, una hija del rey de Escocia arribó a la villa de Mundaka acompañada de sus guerreros vikingos y quedó embarazada de un dragón mitológico de nombre "cúlebre".
El puerto natural de Mundaka, a las puertas de la ría de Urdaibai, pudo ser un lugar de escala para las flotas vikingas.
Su hijo, Jaun Zuria, "Señor Blanco" en euskera, comandaría la lucha de los vizcaínos contra el dominio del reino de León, y vencería a los leoneses en la mítica batalla de Arrigorriaga para convertirse en el primer Señor de Vizcaya. Lejos de la fantasía que desprende la leyenda de Jaun Zuria, las crónicas medievales parecen proporcionar una huella más fiable de la presencia vikinga en las costas de Vizcaya.
El historiador cordobés Ibn Hayyan menciona a unos misteriosos "al-madjus" ("adoradores del fuego" en lengua árabe) combatiendo junto a las tropas navarras y asturianas contra una aceifa enviada por el emir Alhakén I contra Álava y Castilla. Poco más tarde, en el año 823, una nueva aceifa llegaría a penetrar hasta la "montaña de los al-madjus", que suele relacionarse con el monte Sollube, corazón de Vizcaya.
La discusión entre historiadores como Sánchez Albornoz y estudiosos más contemporáneos como Antón Erkoreka reside en la dificultad para discernir si "al-madjus" era una palabra utilizada para designar a los paganos, o exclusivamente a los vikingos.
Es probable que los vascones que habitaban Vizcaya en el siglo IX estuviesen escasamente cristianizados. Por eso, la mayoría de los historiadores prefieren defender que los "al-madjus" que lucharon junto a leoneses y navarros eran en realidad paganos que tenían el monte Sollube como su montaña sagrada.
Fuente: Nacional Geografic
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