La billetera digital ya está aquí

La Comisión Europea publicó, el 19 de noviembre de 2025, el Plan de Acción de los Consumidores para el Mercado Único, titulado pomposamente « Un nuevo impulso para la protección del consumidor, la competitividad y el crecimiento sostenible ». Se trata de un plan quinquenal que se implementará en el período 2026-2030.

Mezcladas con algunas ideas buenas pero imprecisas (las comentaré en unos días), hay todo tipo de disparates relacionados con la obsesión por el cambio climático, pero también una medida totalitaria, sugerida durante mucho tiempo, pero solo ahora enunciada clara y abiertamente:

¡BILLETERA DIGITAL!

En la llamada billetera “almacenaremos” casi todo lo relacionado con nuestra persona y nuestros bienes: identidad, documentos de viaje, acceso a cuentas bancarias, acceso al sistema de salud, contratos, propiedades.

Ya previsto en el Reglamento (UE) 2024/1183, el monedero digital se implementará rápidamente en los Estados miembros. Para diciembre de 2026, se insta a todos los Estados miembros a ofrecer esta herramienta para evitar sanciones por parte de la Comisión Europea.

Recordaste bien: hasta diciembre de 2026, es decir, dentro de un año.

El plan de acción de la Comisión establece claramente que el monedero digital tiene por objeto facilitar la libertad de movimiento dentro de la UE y que no es obligatorio.

No hace falta que se lo recuerde, porque ya saben: el certificado sanitario "verde", durante la pandemia, también sirvió para facilitar la libertad de movimiento, pero no fue nada para facilitarlo. Quienes se negaron a vacunarse pagaron por pruebas válidas por un día cada vez que viajaban dentro de la UE o simplemente no viajaron. Quienes tenían un certificado de vacunación estaban obligados a administrarse dosis posteriores para poder viajar. Además, todos saben que, en países como Italia, Francia o España, el certificado "verde" era obligatorio, y en el resto de los países, la obligación existía, impuesta por las aerolíneas y los empleadores.

Por otro lado, no todos en la UE están digitalizados. Aún hay muchas regiones de la UE que ni siquiera tienen electricidad. ¿Qué pasará con esas personas? ¿Serán excluidas de la vida de la maravillosamente libre y racional ciudad por motivos geográficos o de pobreza? ¿Qué hay del lema de la UE « que nadie se quede atrás »?

Así pues, no tenemos motivos para creer que la burocracia subordinada a Ursula, la que, en realidad, adquiere vacunas por valor de decenas de miles de millones de euros, sea realmente seria. Lo que, declarativamente, es una facilidad de viaje y transacción, será una vinculación de los "no digitalizados", y lo que, declarativamente, es una opción, será, de hecho, una obligación.

No existirás digitalmente, no existirás, punto.

Por otra parte, me sorprende enormemente ver que, a pesar de las protestas masivas de la población europea, la Comisión Europea sigue adelante con este proyecto de identidad digital. En el Reino Unido, millones de personas han firmado peticiones para obligar a Starmer a renunciar a su identidad digital como condición para obtener un empleo legal en el país, y en la UE se han distribuido millones de cartas pidiendo a todos los responsables políticos que se opongan a este proyecto y al control de las conversaciones (Chat Control 2.0). Además, ante la firme oposición de EE. UU. y la tibia oposición de algunos estados de la UE, el proyecto distópico del euro digital, anunciado con bombos y platillos por Christine Lagarde y Ursula von der Leyen, se ha pospuesto hasta 2029 (lo que podría ser una forma discreta de abandonarlo, para que no se note que las dos mujeres obsesionadas con lo digital han gastado más de 2000 millones de euros en este proyecto, prácticamente tirado a la basura).

Irónicamente, el Tratado de la UE establece que las decisiones de la UE se toman de forma transparente y lo más cerca posible de los ciudadanos.

Así que, buena gente, que todavía tenéis respeto por la verdad y todavía valoráis vuestra libertad: tengamos mucho cuidado, porque viene la billetera digital, y con la digitalización de nuestra identidad y riqueza, nos convertimos en cautivos en una jaula digital de la que nunca escaparemos.

Fuente: Yoga ezoteric