Las abejas y la luz artificial

- Las abejas y otros polinizadores son esenciales para casi el 90 por ciento de las plantas con flores y el 75 por ciento de los cultivos básicos, lo que hace que su declive sea una amenaza importante para la seguridad alimentaria y los ecosistemas mundiales.
- Las zonas de guerra (que alteran diversas fuentes de alimento), los microplásticos (que contaminan las colmenas) y la contaminación lumínica (que reduce la polinización nocturna) están acelerando la disminución de las poblaciones de abejas junto con los pesticidas y la pérdida de hábitat.
- Conflictos como la guerra de Ucrania promueven la agricultura de monocultivo, privando a las abejas de una nutrición variada y debilitando las colonias, poniendo en peligro aún más su supervivencia.
- Los antibióticos del ganado y los "cócteles de pesticidas" (múltiples productos químicos combinados) están dañando la salud de las abejas, y los países en desarrollo se enfrentan a efectos letales no supervisados.
- Las soluciones clave incluyen regulaciones más estrictas, adopción de vehículos eléctricos, granjas solares amigables con las abejas y resilvestración urbana. Los cambios sistémicos en las políticas y las acciones individuales (por ejemplo, los jardines de polinizadores) son vitales para evitar la catástrofe.
Las abejas, las heroínas anónimas de la seguridad alimentaria mundial, se enfrentan a nuevas amenazas sin precedentes que podrían empujarlas a ellas y a la humanidad hacia la catástrofe.
Un informe histórico publicado el 19 de mayo, Día Mundial de las Abejas, advirtió que las zonas de guerra, los microplásticos y la contaminación lumínica están acelerando la disminución de los polinizadores a un ritmo alarmante. Compilado por diez de los principales expertos del mundo, el estudio de la campaña de conservación Bee:wild identificó 12 peligros emergentes que están a punto de devastar las poblaciones de abejas en los próximos cinco a 15 años.
Dado que casi el 90 por ciento de las plantas con flores y las tres cuartas partes de los cultivos básicos dependen de los polinizadores, su colapso desencadenaría un efecto dominó en los ecosistemas y los sistemas alimentarios. Los polinizadores (abejas, mariposas, murciélagos y aves) son la columna vertebral de la agricultura y la biodiversidad. Sin ellos, cultivos como las manzanas, las almendras y el café desaparecerían, y los ecosistemas se desmoronarían.
Sin embargo, décadas de destrucción del hábitat y pesticidas ya han diezmado las poblaciones. Ahora, las nuevas amenazas, muchas de las consecuencias no deseadas del progreso humano, los están acercando al borde del abismo. (Relacionado: Las abejas que desaparecen: una crisis que amenaza tu alimentación y tu salud)
Las nuevas e inquietantes amenazas para los polinizadores mundiales
Los conflictos mundiales, como la guerra en Ucrania, están alterando los sistemas alimentarios de formas inesperadas. A medida que las naciones priorizan la producción de un solo cultivo para la estabilidad en tiempos de guerra, los polinizadores pierden el acceso a diversas dietas florales.
El monocultivo priva a las abejas de nutrientes esenciales, debilitando las colonias y reduciendo su capacidad para prosperar. El informe advierte que los cambios agrícolas inducidos por la guerra podrían dejar a los polinizadores desnutridos, acelerando la caída de la población.
Las abejas melíferas de Europa ahora están ingiriendo plástico, con pruebas en 315 colonias que revelan que partículas sintéticas como el PET (que se encuentra comúnmente en botellas de agua) contaminan las colmenas. Los microplásticos que se desprenden de la ropa y los envases se infiltran en las fuentes de polen y agua, lo que puede alterar la digestión y la inmunidad de las abejas. Los científicos temen que la exposición a largo plazo pueda hacer que colonias enteras sean más vulnerables a las enfermedades, una crisis silenciosa que se desarrolla a plena vista.
Las luces de las calles y el resplandor urbano están interrumpiendo el turno de noche de la naturaleza. Las polillas y otros polinizadores nocturnos, responsables de fertilizar muchas plantas silvestres, visitan las flores un 62 por ciento menos bajo luz artificial.
Este declive amenaza los ecosistemas que dependen de la polinización nocturna, desestabilizando aún más las redes alimentarias. La contaminación lumínica también desorienta a las abejas, reduciendo su eficiencia de búsqueda de alimento, un problema que empeora con la expansión de las ciudades.
Los antibióticos agrícolas destinados a tratar el ganado se están filtrando en las colmenas, alterando el comportamiento de las abejas y debilitando su capacidad para alimentarse. Mientras tanto, los "cócteles de pesticidas" (mezclas de múltiples productos químicos) están amplificando la toxicidad más allá de los límites "seguros" reglamentarios. En los países en desarrollo, donde el uso de plaguicidas está mal controlado, estas combinaciones están resultando especialmente letales.
Contraatacando: soluciones al alcance de la mano
El informe no es solo una advertencia, es una hoja de ruta para la supervivencia. He aquí tres soluciones propuestas por los autores principales del informe:
- Regulaciones más estrictas sobre antibióticos para mantener los medicamentos fuera de la urticaria.
- Control de plagas de ARNi, una herramienta genética dirigida a las plagas sin dañar a los polinizadores.
- Rewilding urbano para crear refugios seguros para las abejas sin aguijón en las regiones tropicales.
"Identificar nuevas amenazas y encontrar formas de proteger a los polinizadores temprano es clave para prevenir más disminuciones importantes", dijo el autor principal del informe, Simon Potts, profesor de la Universidad de Reading. "Los polinizadores son fundamentales para nuestros sistemas alimentarios, la resiliencia climática y la seguridad económica".
El declive de los polinizadores es una crisis provocada por nosotros, pero no es irreversible. Como dijo Potts: "Proteger a los polinizadores significa protegernos a nosotros mismos".
Fuente: Natural News
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