El vínculo entre la vacuna MMR y el autismo
El Dr. William Thompson, científico principal de los CDC, confesó en 2014 que él y sus colegas manipularon datos para ocultar un posible vínculo entre la vacuna MMR y el autismo, particularmente en niños afroamericanos. Esta confesión, presentada en un nuevo documental, "The Big Picture", reabre el debate sobre la seguridad de las vacunas y la transparencia de las agencias.
El estudio de 2004 de los CDC, que inicialmente concluyó que no había ningún vínculo entre la vacuna MMR y el autismo, fue acusado por Thompson de excluir datos críticos. El análisis realizado por el Dr. Brian Hooker confirmó un aumento del 340% en el riesgo de autismo en los niños afroamericanos que recibieron la vacuna MMR antes de los 36 meses de edad, datos que los CDC nunca han abordado públicamente.
La controversia se remonta a 1998 con el desacreditado estudio del Dr. Andrew Wakefield, que sugería un vínculo entre la vacuna MMR y el autismo. A pesar de la posterior pérdida de la licencia médica de Wakefield y la retractación de su artículo, su trabajo encendió un movimiento global que cuestionó la seguridad de las vacunas y condujo a una disminución en las tasas de vacunación.
Los defensores de la libertad de salud argumentan que el manejo de los CDC de la controversia sobre la vacuna MMR y el autismo, incluida la supuesta supresión de datos, es parte de un sistema más amplio de control y corrupción. El documental alega que las compañías farmacéuticas y las agencias gubernamentales priorizan las ganancias sobre la salud pública, lo que lleva a una pérdida de confianza pública.
El resurgimiento de las acusaciones de Thompson ha renovado los llamados a una mayor transparencia y pruebas de seguridad rigurosas en la investigación de vacunas. Los padres y los activistas exigen el derecho a tomar decisiones informadas sobre su salud, y la credibilidad de los CDC está en juego, ya que la agencia se enfrenta a la presión para abordar los datos suprimidos y los posibles conflictos de intereses.
En una impactante revelación que ha reavivado el debate de décadas sobre la seguridad de las vacunas, un denunciante de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ha presentado afirmaciones de que la agencia ocultó deliberadamente datos que vinculaban la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) con el autismo. Las acusaciones, sacadas a la luz por primera vez en 2014 por el Dr. William Thompson, científico principal de los CDC, han resurgido en un nuevo documental, The Big Picture, que se estrena en CHDTV. La película promete exponer lo que los defensores llaman un encubrimiento sistémico dentro del "sistema de atención a enfermos", planteando preguntas urgentes sobre la transparencia, la confianza pública y la agenda globalista.
La confesión del denunciante
En agosto de 2014, el Dr. William Thompson, investigador de los CDC, admitió en conversaciones telefónicas grabadas en secreto que él y sus colegas habían manipulado datos para ocultar un posible vínculo entre la vacuna MMR y el autismo. "Estoy completamente avergonzado de lo que hice", confesó Thompson. "Los superiores querían hacer ciertas cosas, y yo acepté". Nombró a varios altos funcionarios, entre ellos Colleen Boyle, Frank DeStefano y Marlon Kessler, a quienes acusó de ser cómplices del encubrimiento.
La admisión de Thompson fue particularmente condenatoria porque se centró en un estudio de los CDC de 2004 publicado en Pediatrics, que no encontró un vínculo general entre la vacuna MMR y el autismo. Sin embargo, Thompson reveló que el estudio excluyó los datos que mostraban un aumento estadísticamente significativo en las tasas de autismo entre los niños afroamericanos que recibieron la vacuna antes de los 36 meses de edad. "No puedo creer que hicimos lo que hicimos, pero lo hicimos", dijo.
Las revelaciones fueron sacadas a la luz por el Dr. Brian Hooker, científico y miembro de la junta directiva de Focus Autism, que había estado investigando la seguridad de las vacunas durante años. El análisis de Hooker de los datos suprimidos confirmó las afirmaciones de Thompson, mostrando un aumento del 340% en el riesgo de autismo en los niños afroamericanos que recibieron la vacuna MMR a tiempo. A pesar de los explosivos hallazgos, los CDC nunca han abordado públicamente los datos omitidos, lo que hace que los padres y los defensores cuestionen la integridad de la agencia.
Una historia de polémica
El debate sobre la vacuna MMR y el autismo no es nuevo. Se remonta a 1998, cuando el gastroenterólogo británico Dr. Andrew Wakefield publicó un estudio ahora retractado en The Lancet que sugería un posible vínculo entre la vacuna MMR y el autismo. La investigación de Wakefield, aunque luego desacreditada debido a violaciones éticas y conflictos de intereses, provocó un movimiento global de cuestionamiento de las vacunas. Los padres, desesperados por respuestas sobre los diagnósticos de autismo de sus hijos, se aferraron a la idea de que los ingredientes de las vacunas podrían ser los culpables.
En 2010, Wakefield fue despojado de su licencia médica y The Lancet se retractó formalmente de su artículo. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Las tasas de vacunación se desplomaron en el Reino Unido y Estados Unidos. Los críticos de Wakefield argumentan que su estudio defectuoso causó un daño innecesario, pero los partidarios sostienen que su trabajo expuso una preocupación legítima que aún no se ha investigado a fondo.
El manejo de los CDC de la cuestión de la vacuna MMR y el autismo solo ha alimentado la controversia. A pesar de la creciente evidencia de un posible vínculo, incluido el testimonio de Thompson como denunciante, la agencia ha negado sistemáticamente cualquier conexión. Los críticos argumentan que la negativa de los CDC a reconocer los datos suprimidos socava la confianza pública y plantea preguntas sobre su compromiso con la transparencia.
La agenda globalista y la lucha por la libertad sanitaria
Para muchos defensores de la libertad de salud, el presunto encubrimiento de los CDC es parte de un patrón más amplio de corrupción y control. "El sistema de atención a los enfermos es solo otra parte de la agenda globalista", se lee en una publicación reciente de ChilThedren's Health Defense, la organización detrás de The Big Picture. La película, que se estrenó el 28 de febrero de 2025, promete exponer la "red de control" que rige la atención médica moderna, incluida la supresión de los datos de seguridad de las vacunas.
Los defensores argumentan que la agenda globalista prioriza las ganancias sobre las personas, con las compañías farmacéuticas y las agencias gubernamentales trabajando mano a mano para impulsar las vacunas sin investigar a fondo sus riesgos. "No quieren que usted sepa la verdad", dice un defensor. "Quieren que confíes en el sistema, incluso cuando el sistema te está mintiendo".
La lucha por la libertad sanitaria ha cobrado impulso en los últimos años, con padres, científicos y activistas que exigen pruebas de seguridad más rigurosas y una mayor transparencia en la investigación de vacunas. El resurgimiento de la historia del denunciante de Thompson no ha hecho más que reforzar su determinación. "No se trata solo de vacunas", dice uno de los padres. "Se trata de nuestro derecho a tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y la salud de nuestros hijos".
¿Qué significa esto para el futuro?
El presunto encubrimiento de los CDC plantea serias dudas sobre la credibilidad de la agencia y la seguridad de las vacunas que promueve. Si bien los principales medios de comunicación continúan descartando el vínculo entre la vacuna y el autismo como una "teoría de conspiración desacreditada", la evidencia sugiere lo contrario. La confesión de Thompson, combinada con el análisis de Hooker de los datos suprimidos, proporciona evidencia convincente de que los CDC no han sido completamente transparentes con el público.
Para los padres de niños con autismo, las revelaciones son a la vez validadoras y desgarradoras. "Lo venimos diciendo desde hace años", dice una madre. "Ahora tenemos pruebas de que lo sabían todo el tiempo".
A medida que The Big Picture saca a la luz estos problemas, la pregunta sigue siendo: ¿Los CDC finalmente se sincerarán sobre su papel en la controversia sobre la vacuna MMR y el autismo? ¿O la agencia continuará obstruyéndose, dejando que los padres y defensores luchen por la verdad por su cuenta? Una cosa es cierta: la batalla por la libertad sanitaria está lejos de terminar, y lo que está en juego nunca ha sido tan importante.
Fuente: Natural News
¿Cuál es tu reacción?