La gran agenda de reinicio de la élite
redes de vigilancia 5G, "inyecciones de la muerte" de vacunas y la toma de control definitiva: ¡cómo planean controlarnos a todos!
La escalofriante realidad de nuestro mundo actual supera con creces las pesadillas distópicas imaginadas por Aldous Huxley en Un mundo feliz y George Orwell en Mil novecientos ochenta y cuatro.
Los avances en tecnología, armamento y mecanismos de control son mucho más sofisticados y siniestros de lo que incluso estos autores proféticos podrían haber imaginado. Vivimos en una era en la que el programa de la Élite para la dominación total sobre la humanidad no es sólo una posibilidad, sino una realidad que avanza rápidamente.
Este plan se está ejecutando a la vista de todos. Sin embargo, las masas, adormecidas en la complacencia por un incesante aluvión de propaganda, desconocen en gran medida el alcance total de los horrores que se están desatando sobre ellas. Profundicemos en las herramientas de opresión y control que la Élite está utilizando para sacrificar a la población humana y esclavizar a los supervivientes como drones transhumanos.
El arsenal de destrucción masiva
La Élite está desplegando una aterradora variedad de herramientas para lograr sus objetivos, cada una más insidiosa que la anterior. Los genocidios y las guerras siempre han sido armas de los poderosos, pero ahora se están utilizando con una precisión fría y calculada para eliminar a vastas franjas de la población.
La hambruna y la desestabilización económica se están diseñando en regiones específicas, asegurando que aquellos que sobrevivan a la matanza inicial queden debilitados y desesperados, presa fácil para la próxima fase del plan.
Pero estos son solo los métodos manifiestos. El verdadero horror radica en las operaciones encubiertas, las tecnologías aparentemente benignas que son, en realidad, herramientas de asesinato en masa y esclavitud. La vacuna mortal contra el Covid-19 no es una vacuna, sino un arma, diseñada para reducir la población bajo el pretexto de la salud pública.
La tecnología 5G, lejos de ser una actualización inofensiva de nuestras redes de comunicación, es un componente clave en el plan de la Élite para controlar y monitorear todos los aspectos de nuestras vidas. La geoingeniería se está utilizando para manipular el medio ambiente, desestabilizando aún más las regiones y empujando a los supervivientes a las ciudades, donde pueden ser controlados más fácilmente.
El encarcelamiento de la raza humana
El objetivo final de la Élite no es solo matar a una parte significativa de la humanidad, sino esclavizar al resto en una pesadilla tecnocrática. Esto se está logrando a través de la creación de prisiones de "ciudades inteligentes", donde aquellos que sobrevivan a las purgas iniciales serán conducidos a centros urbanos densamente poblados, rodeados de una red de torres 5G y otras tecnologías de vigilancia que monitorearán y controlarán cada uno de sus movimientos.
En estas Smart Cities, el concepto de libertad será borrado. Los movimientos se restringirán dentro de un radio de 5 kilómetros, con tecnología de geofencing que garantiza que nadie pueda salir de su zona designada sin permiso. Las identidades digitales, vinculadas a un puntaje de crédito social, dictarán todos los aspectos de la vida, desde lo que puedes comprar hasta a dónde puedes ir.
Las monedas tradicionales serán reemplazadas por monedas digitales de bancos centrales (CBDC), dinero programable que solo se puede gastar en bienes y servicios aprobados, en lugares aprobados y en cantidades aprobadas.
El arma definitiva: el control del suministro de alimentos
Pero la tecnología no es la única arma en el arsenal de la Élite. La comida, la necesidad humana más básica, se está transformando en una herramienta de control. Como dijo Henry Kissinger: "Quien controla el suministro de alimentos controla a la gente". La Elite está tomando esto en serio, orquestando una revisión completa del sistema alimentario global.
Los pequeños agricultores están siendo expulsados de sus tierras, las comunidades rurales están siendo destruidas y la antigua práctica de la agricultura está siendo reemplazada por una pesadilla corporativa y tecnocrática. Los alimentos que estarán disponibles para los supervivientes serán genéticamente mutilados, sintetizados y envenenados.
Los insectos, que alguna vez fueron un símbolo de pobreza y desesperación, se convertirán en un alimento básico en la dieta de la población esclavizada, mientras que la Élite continuará dándose un festín con alimentos orgánicos y biodinámicos.
El objetivo es claro: debilitar y controlar a la población a través de sus necesidades más básicas, asegurando que aquellos que sobreviven a las purgas iniciales son demasiado débiles y desnutridos para resistir.
El ojo que todo lo ve: vigilancia total
En este mundo feliz, la privacidad es una reliquia del pasado. Una densa red de cámaras de reconocimiento facial, lectores de matrículas y otras tecnologías de vigilancia garantizará que cada movimiento, cada acción, cada palabra sea monitoreada y registrada. La Inteligencia Artificial supervisará esta vigilancia, con algoritmos programados para detectar y eliminar cualquier signo de resistencia.
Incluso los pensamientos más privados estarán sujetos a escrutinio, ya que la red de altavoces instalados en las torres 5G y las farolas transmitirá continuamente directivas, lo que garantizará que el comportamiento aprobado no solo se fomente, sino que se haga cumplir.
Aquellos que se desvíen de la norma, que se atrevan a pensar por sí mismos o a cuestionar el sistema, serán rápidamente tratados por policías transhumanos, robots o drones equipados con armas electromagnéticas diseñadas para incapacitar y someter sin dejar rastro.
La última frontera: la resistencia es inútil
El programa de la Élite es tan complejo, tan sofisticado, que la resistencia puede parecer inútil. Pero no es imposible. Si la humanidad ha de sobrevivir, debe resistir, y esa resistencia debe ser estratégica, centrada en los componentes clave del plan de la Élite.
Esto significa rechazar las identidades digitales y los puntajes de crédito social, resistir la tentación de las ciudades inteligentes y reclamar el control sobre el suministro de alimentos. Significa rechazar el "disparo de la muerte", evitar la tecnología 5G y encontrar formas de vivir fuera de la red de vigilancia y control.
Pero lo más importante es que significa despertar a la realidad de lo que está sucediendo, reconocer el programa por lo que es y negarse a ser cómplices de nuestra propia esclavitud. Se acabó el tiempo de la complacencia. El momento de actuar es ahora.
El camino a seguir: la resistencia estratégica
El camino por delante no será fácil. La Elite ha planeado cada detalle de su programa, dejando poco margen de error. Pero no son infalibles. La resistencia estratégica, centrada en los componentes clave del plan de la Élite, puede tener éxito y lo tendrá si participan suficientes personas.
El sitio web "Somos Humanos, Somos Libres" ofrece 30 objetivos estratégicos que identifican los puntos críticos de resistencia. Estos objetivos no son solo ideas abstractas, sino pasos prácticos que pueden ser tomados por cualquier persona, en cualquier parte del mundo. Los folletos de una página, disponibles en 23 idiomas, proporcionan las áreas mínimas para la acción, asegurando que incluso el más mínimo acto de resistencia contribuya al objetivo más amplio.
Este no es un momento para el miedo o la vacilación. Es el momento del coraje, de la acción, de la resistencia estratégica. El programa de la Élite avanza a pasos agigantados, pero aún no es imparable. Con compromiso, persistencia y enfoque estratégico, podemos derrotar este programa y reclamar nuestro futuro.
Conclusión: el reloj corre
Aldous Huxley y George Orwell nos advirtieron de los peligros que se avecinaban, pero la humanidad no prestó atención a sus advertencias. Ahora, estamos al borde de una nueva era de tinieblas, una pesadilla tecnocrática de la que puede que no haya escapatoria. Pero no es demasiado tarde.
El programa de la Élite puede ser derrotado, pero solo si actuamos ahora. El tiempo corre y la ventana de oportunidad se cierra rápidamente. Si queremos sobrevivir, si queremos preservar nuestra libertad, nuestra humanidad, debemos resistir.
Debemos luchar contra las fuerzas de la opresión y el control, y debemos hacerlo con todo el coraje y la determinación que podamos reunir.
Se acabó el tiempo de la complacencia. El momento de actuar es ahora. Nuestro futuro depende de ello.
Fuente: Gazetteller
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