El bosque protegido de Catalunya

solo pueden visitar 250 personas cada año

Noviembre 17, 2025 - 09:50
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El bosque protegido de Catalunya

En Catalunya podemos encontrar numerosos lugares de enorme interés natural, entre ellos un rincón situado en el litoral barcelonés que no todo el mundo puede visitar. Hablamos de un bosque protegido que está escondido detrás de unas vallas altas, puertas con cerradura y un silencio que realmente sorprende a cada visitante.

Se trata de un bosque mediterráneo que no es de libre acceso como otros muchos espacios que están a disposición de cualquier persona que quiera disfrutar de la naturaleza y recorrer sus senderos, sino que en este caso solo lo pueden visitar 250 personas cada año, en una medida pensada para proteger su ecosistema.

Hablamos de la pineda de Cans Camins, en El Prat de Llobregat, concretamente en la carretera de la Platja, km. 4,63, una de las pocas zonas en las que aún se conserva una pineda litoral sobre dunas en perfecto estado. El ecosistema es tan frágil que ha llevado a que se prohíba el acceso libre, por lo que la única manera de poder acceder a este mágico lugar es a través de las visitas guiadas gratuitas que organiza el Ayuntamiento del Prat. Estas tienen lugar el primer domingo de cada mes, a excepción de los meses de julio y agosto, cuando este bosque protegido descansa de las visitas.

Hay que tener en cuenta que no se admiten reservas, por lo que, en los días mencionados, solo pueden acceder los 25 primeros que lleguen al centro de información turística Porta del Delta, situado frente a la entrada del bosque. Las visitas comienzan a las 11:00 horas, por lo que conviene madrugar si se quiere ser uno de los pocos privilegiados en disfrutar de este ecosistema único en Catalunya.

¿Qué se puede ver en la pineda de Can Camins?

La pineda de Can Camins se visita a lo largo de una hora y media de recorrido, en el cual los guías explican la flora y fauna de un bosque que es uno de los espacios naturales mejor conservados de Catalunya, y en el que predomina la presencia de pinos, hongos y orquídeas. Con un poco de suerte, es posible ver aves presentes en la zona como el pico picapinos o el carbonero común.

Lo más sorprendente de la pineda de Can Camins va más allá de su espectacular apariencia, radica en todo lo que podemos encontrar en su interior. En sus 30 hectáreas conviven más de 200 especies de hongos y 15 variedades de orquídeas, junto a decenas de plantas raras que solo consiguen prosperar en determinados entornos costeros.

El bosque es una pequeña isla de biodiversidad entre el mar y el cemento, donde cada uno de sus rincones y elementos nos lleva a un entorno natural situado a escasos kilómetros del aeropuerto de Barcelona. Rodeada de urbanismo, infraestructuras y tráfico aéreo, esta zona protegida ha conseguido sobrevivir y superar el paso del tiempo gracias a unas firmes políticas de conservación y la limitación de acceso.

Aunque el bosque es pequeño, se respira una atmósfera que transmite silencio, resiliencia y belleza, un entorno natural de obligada visita, pero, al mismo tiempo, exclusivo.  Para hacer la ruta completa, es especialmente recomendable utilizar la bicicleta, puesto que desde la pineda se puede enlazar con el itinerario circular del Delta del Llobregat, que transcurre por la desembocadura del río, la playa del Prat, la Torre de la Ricarda, y también por el mirador de aviones, pudiendo así disfrutar de una experiencia aún más completa y enriquecedora.

Fuente: 20 Minutos

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