Ucrania no puede ganar la guerra
Ucrania nunca ganará esta guerra. Quien a estas alturas no lo tenga claro, es que, en verdad, ni conoce Rusia, y ni mucho menos, al pueblo ruso. No dudan en poner todos los medios y todos los hombres que hagan falta para ganar. Ha llegado el momento de negociar paz por territorios. No es la primera vez que defiendo esta solución.

Hoy hay que profundizar mucho en la historia de Rusia y Ucrania para comprender que han sido, a través de la historia, miembros de un mismo cuerpo, pero además un miembro no despreciable. Kiev es el nacimiento de Rusia, por ello duele tanto. Más cuando Rusia, en estos momentos queda claro que renuncia a la integridad de Ucrania y se conforma con loe territorios en disputa desde 2014.
Es una guerra que nunca debió empezar, ya que se tuvo que dejar resuelta en el 2014. Error por parte ucraniana de no ceder en las reclamaciones rusas, y error ruso el comenzar esta “operación militar especial”. Dos errores que hoy pagamos todos los europeos. Es por ello por lo que, somos los europeos quienes debemos tomar las riendas del conflicto, lejos de intereses de terceros y poner fin negociado a este desastre humanitario.
La hora de Europa
No se puede perder ni un solo día más. Cada día, cada hora que pasa supone la muerte de europeos combatientes por parte y parte, sufrimiento de la población civil, incremento del odio entre seres humanos y empobrecimiento de Europa, obligada a incrementar los gastos en defensa, que, digámoslo ya, en la mayoría van a las industrias de armamento de los Estados Unidos.
Europa debe dejar los intereses nacionales a un margen, y comenzar a funcionar como un solo un cuerpo que trabaja junto y en una misma dirección de forma independiente, pensando en los intereses europeos y la paz como vía imprescindible para el desarrollo y prosperidad sostenible.
Paz por territorios
Es difícil asumir este concepto, sobre todo a la parte que le corresponde pagar el territorio, pero ¿qué valen los territorios sin paz y sin futuro? El caso de Israel y Palestina es más que gráfico. ¿Cuántas muertes y sufrimiento lleva causado tras décadas de enfrentamientos innecesarios? No se llegará nunca a una solución por la vía de las armas. Jamás. Ninguna de la partes va a desaparecer de la ecuación.
Deben trazar unas fronteras pactadas, que nunca serán las que quieran cada uno, pero que sería una solución que traiga el final de los enfrentamientos y traiga, en base a la paz, prosperidad para todos.
Rusia y Ucrania no pueden repetir el caso de Palestina e Israel. No pueden estar condenadas, y de paso condenarnos a todos los europeos, a décadas de guerra y sufrimientos, mientras crece el odio entre todos. Deben sentarse a negociar con la vista puesta en el futuro y las ventajas de la paz para todos. No podemos seguir por este camino. Ya tuvimos bastante en la última guerra europea.
Mediación civil por la paz
Ucrania debe ceder los territorios que se acuerden con Rusia. Del mismo modo, Rusia debe comprometerse a respetar, para siempre, las fronteras que se acuerden, respetar, si así lo deciden los ucranianos, su entrada en la Unión Europea y la OTAN, ya que los rusos deben acostumbrarse a convivir con la OTAN como vecinos, verla como una aliada para la seguridad internacional y no como una amenaza. Todo ello bajo la mediación de los agentes sociales europeos, ya que creo que, en estos momentos, la Unión Europea está demasiado contaminada para moderar e intermediar.
Sólo desde un acuerdo negociado, leal, razonable y por tanto respetado por todas las partes, volveremos a ver a Rusia como lo que es: parte de Europa, con todo los beneficios para todas las partes que ello conlleva. Estabilidad, paz, desarrollo económico y progreso común, justo lo contrario a lo que sufrimos hoy.
Una Europa más fuerte e independiente con una Rusia amiga y colaboradora. Pero sigamos siendo claros: ¿esto convendría a los intereses chinos o de Estados Unidos?. “To be, or not to be, that is the question”, que cuestiona William Shakespeare en spoken by Hamlet. Ser o no ser Europa, esa es la cuestión: queremos ser Europa, o seguir siempre a la sombre del árbol que nos da sombra a cambio de sometimiento y renunciar a nuestra identidad.
Fuente: Alerta Digital
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