Las lecturas rutinarias de la presión arterial son una estafa
Un importante investigador de la Universidad de Cambridge ha advertido que las lecturas rutinarias de la presión arterial son una estafa masiva diseñada para beneficiar a las grandes farmacéuticas, engañando a millones de personas con medicamentos y diagnósticos innecesarios que llenan los bolsillos corporativos mientras arriesgan vidas a través de evaluaciones inexactas del riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Esta falla de larga data en el método del brazalete, en la que se ha confiado durante décadas, no es solo un descuido, es una configuración deliberada para alimentar recetas y tratamientos interminables, convirtiendo los chequeos diarios en una trampa lucrativa para la industria farmacéutica.
Imagínese entrar en el consultorio de un médico para lo que parece un simple control de signos vitales, solo para que ese brazalete entregue números sesgados que podrían etiquetarlo falsamente como de alto riesgo, lo que lleva a una vida de pastillas, efectos secundarios y ansiedad que nunca necesitó. El estudio de Cambridge expone cómo estas mediciones a menudo sobreestiman o subestiman la presión arterial real, causando alarmas fuera de lugar, problemas reales descuidados y vidas descarriladas por el sobrediagnóstico. Lo que una vez fue aclamado como una herramienta para salvar vidas ahora está bajo escrutinio como un facilitador silencioso de la codicia de las grandes farmacéuticas, lo que provocó llamados urgentes para reformar los métodos de prueba para prevenir este engaño generalizado y restaurar la confianza en las prácticas médicas.
Naturalnews.com informa: Las lecturas de presión arterial son vitales para su salud, especialmente durante momentos de alta intensidad, como el parto, la cirugía cardíaca o la prevención de accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, la rutina diaria de medir la presión arterial en el consultorio de un médico podría no ser tan confiable como pensábamos.
El corazón bombea sangre a través de una red de vasos. Cuando un manguito se infla alrededor de su brazo, aprieta momentáneamente la arteria para cerrarla. Aquí es donde comienzan los problemas. Según los investigadores de Cambridge Kate Bassil y Anurag Agarwal, este bloqueo provoca una fuerte caída de presión en los vasos más allá del manguito, lo que llaman la presión "aguas abajo". A medida que disminuye la presión en estos vasos, el brazalete subestima su presión arterial real.
Piense en ello como un río estrecho donde se construye una presa, lo que hace que el agua retroceda pero también crea un flujo más silencioso y menos visible río abajo. Cuanto más baja sea la presión aguas abajo, más se desviará la lectura del brazalete de su presión arterial real. Esta discrepancia puede significar la diferencia entre un diagnóstico de presión arterial alta y un certificado de buena salud. No es solo un pequeño tecnicismo; Es una llamada de atención para millones de personas que podrían estar viviendo con presión arterial alta no diagnosticada.
La presión arterial alta es la principal causa de muerte prematura a nivel mundial y, a menudo, es silenciosa hasta que surgen complicaciones. Una pequeña subestimación de la presión arterial puede empujar a alguien de la categoría "alta" a territorio "normal", lo que podría retrasar las intervenciones médicas. Cada año, esta lectura errónea podría dejar a aquellos que necesitan desesperadamente un tratamiento temprano esperando más de lo necesario.
Profundizando: el experimento que reveló la verdad
En un experimento innovador, Bassil y Agarwal recrearon las condiciones dentro del brazo humano durante un control de la presión arterial. Estudios anteriores habían tratado de comprender los errores en las lecturas de presión arterial, pero a menudo se basaban en modelos simplificados que no podían replicar completamente el escenario del mundo real. Esta vez, los investigadores decidieron abordar el elefante en la habitación: la forma en que la arteria colapsa por completo cuando se infla el manguito.
Construyeron una plataforma experimental personalizada con tubos de silicona flexibles que imitan una arteria real, capaz de cerrarse completamente bajo presión. El sistema les permitió controlar de forma independiente la presión en ambos lados de la "arteria":
- Presión aguas arriba: Representa el corazón que bombea sangre al brazo.
- Presión aguas abajo: Representa los vasos más allá del manguito en el antebrazo.
Al ajustar estas presiones por separado, podrían imitar exactamente lo que sucede cuando el manguito aprieta la arteria y cae la presión aguas abajo. Sus resultados revelaron un patrón claro: cuanto menor es la presión aguas abajo, mayor es la subestimación de la presión arterial sistólica. En sus pruebas, esta subestimación podría ser de hasta 9 a 10 mmHg cuando la presión aguas abajo estaba en su punto más bajo.
Además, el estudio destacó por qué los brazaletes estándar tienden a subestimar la presión arterial. Un brazalete normal no aplica presión de manera uniforme a lo largo de su longitud; es más apretado en el medio y más suelto en los bordes. Cuando la presión aguas abajo es baja, esta compresión desigual mantiene un tramo más largo de la arteria cerrada durante más tiempo, lo que retrasa el retorno del flujo sanguíneo y conduce a lecturas inexactas.
Un llamado a la acción: hacer que las pruebas de presión arterial sean más confiables
Las implicaciones de esta investigación son enormes. Un gran análisis de 74 estudios anteriores confirma que las mediciones basadas en manguitos en promedio subestiman la presión arterial sistólica en aproximadamente 5.7 puntos. Esta subestimación sistemática significa que alrededor del 30 por ciento de las personas con hipertensión sistólica podrían no ser diagnosticadas.
Además, el método del brazalete es el "estándar de oro" para controlar la presión arterial, y sus imprecisiones se extienden a través de todos los demás dispositivos. Esto incluye las máquinas automáticas en farmacias y clínicas, que están calibradas contra el brazalete.
El equipo de Cambridge propone varias soluciones para mejorar la precisión:
- Rediseño de los puños para aplicar una presión uniforme a lo largo del brazo.
- Ajustar la posición del brazo para ayudar a lograr lecturas más precisas.
- Aplicar pequeños factores de corrección basados en la edad, el tamaño del brazo y otras características.
Estos simples ajustes podrían marcar una gran diferencia. Al detectar la presión arterial alta a tiempo, no solo estamos ajustando los números en una pantalla, estamos protegiendo vidas. Teniendo en cuenta la ansiedad cotidiana que acompaña a un diagnóstico positivo, debemos esforzarnos por asegurarnos de que las señales de alerta sean realmente necesarias. Las lecturas de presión arterial deben ser una brújula confiable, no una herramienta confusa.
Fuente: The Peoples voice
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