La pornografía, objetivo del Foro de Davos

Recuerden aquel dicho de drogas para pobres y ricos, pues lo que viene es lo mismo con el sexo. La mayor campaña contra la heterosexualidad polarizando la pornografía; como si fumar fuera lo mismo que fumar crack.

El sexo, las orgías, la pedofilia es exclusivo del poder. 

Siempre hubo sexo, siempre hubo morbo, siempre gustaron los relatos eróticos, los cuentos pornográficos desde las pinturas rupestres con desnudos en bailes sexuales bien sea por culto a las estaciones y fertilidad de la tierra, a los rituales de carne del antiguo Egipto, a Restif de la Breton, al Marqués de Sade, a las revistas eróticas y pornográficas, y de ahí al cine desde la famosa Emanuelle o El último tango en París dónde en su día era tan soberbia perversión como lo más.

El Foro de Davos ha expresado su interés en controlar internet y la libertad de expresión. Y han encontrado un camino, el control de internet buscando foros, debates, para finalmente alcanzar leyes que permitan el control de contenidos, de todo tipo de contenidos.

No se centran en el sexo ni en la pornografía, sino en lo que llaman la violencia en la pornografía. Las palabras violencia y seguridad funcionan en las televisiones y colegios, en familias, profesores, y en la criminalización de lo que siempre fue sexo. Dicen que la pornografía no tiene guión, que es irreal, y que hace mucho daño.

Sin embargo es lícito que sea ese gobierno mundial el que importa miles y miles de inmigrantes que provocan violaciones, ocupaciones, asaltos, palizas, y violencia, pero esa violencia les parece bien porque no altera la libertad de expresión que es lo único que les preocupa y levantar muros como le de Berlín o los de Israel contra la libertad de expresión.

Ya lo venían preparando en el discurso desde Bruselas impartido en cada país en repentinos debates y charlas salidos de la nada.

El botellón no es problema, el tabaco si se paga no es problema, las drogas no son problema, la pedofilia de los mandatarios internaciones, el travestismo poco serio de figuras en las que nos hubiera gustado confiar es aberrante, pero es problema la pornografía porque quieren hacer una herramienta, una excusa para acallar el despertar, la disidencia, el libre albedrío.

Sexo en grupo de repente lo convierten en delito, pero la isla de Jeffrey Epstein y todos los presidentes y monarquías sí pueden ir más lejos con la violencia a los menores y niños.

Calculan que quien más y quien menos mira erotismo, pornografía y quieren relativizar que es una pornografía violenta por sexo grupal. Algo habría que decir, parte del trivalismo humano los delirios o sueños se cumplan o no. En todas las culturas hay noches locas, excesos en algún momento, es lo que hacen funcionar con el alcohol y las drogas porque adormecen pero no despiertan -quitando a mucho literatos bien vistos porque colocados escribían bien y mencionamos a Cortázar, Poe, Dickens, Wilde-, muchos y tantos otros por no mencionar pintores -Bacon, Pollock, Van Gogh- y tantos. «Al-Jazeera afirma que los judíos crearon y controlan la industria porno, y odian a Jesucristo».

De Eladio Fernandez