Nuevo sistema EES
Solo el escaneo biométrico será la prueba de identificación – Una confirmación de la “realidad de la conspiración”

A partir del 12 de octubre de 2025, 29 países europeos, entre ellos Francia, Alemania, Italia, España, Grecia y Suiza, implementarán el nuevo Sistema de Entrada y Salida (SEE), que sustituirá los sellos tradicionales en los pasaportes por la recopilación de datos biométricos en las fronteras, según la BBC . Promovido como una medida para modernizar el control fronterizo, agilizar la entrada y mejorar la seguridad, el SEE registrará electrónicamente los datos de los viajeros, eliminando los sellos físicos que servían como prueba tangible del viaje.
Sin embargo, esta transición no es solo una simple actualización tecnológica; representa un gran paso hacia el control total de los movimientos personales, confirmando antiguas advertencias sobre la vigilancia global: una "realidad conspirativa" y no solo una "teoría". El sistema, que abarca gran parte de Europa, marca una era en la que la libertad de movimiento queda condicionada por una identidad virtual, almacenada y gestionada por las autoridades, lo que plantea serias dudas sobre la privacidad y la autonomía personal.
Oficialmente, el EES se presenta como una herramienta eficaz para detectar el fraude de identidad y la entrada no autorizada, mediante el almacenamiento de datos biométricos como huellas dactilares e imágenes faciales. Sin embargo, bajo el pretexto de la seguridad, se esconde un mecanismo de vigilancia exhaustiva que convierte a cada viajero en sujeto de un sistema digital omnipresente. La negativa a proporcionar datos biométricos resultará en la prohibición de entrada a la región, lo que obligará a cumplir las normas y eliminará cualquier opción de resistencia. Esto demuestra que, como predijeron los lúcidos, a los que se burló de los "conspiranoicos", la tecnología biométrica no es opcional, sino una herramienta obligatoria de control que socava las libertades fundamentales.
Los peligros del control total sobre la libertad de movimiento
Uno de los aspectos más alarmantes del EES es su potencial para el control total sobre la vida de los ciudadanos. Al rastrear electrónicamente las entradas y salidas, las autoridades pueden crear perfiles detallados del comportamiento de viaje, lo que permite el monitoreo en tiempo real de ubicaciones y hábitos personales. Este nivel de vigilancia puede conducir a abusos de poder, donde gobiernos u organismos internacionales podrían usar los datos para restringir los movimientos basándose en criterios arbitrarios como las afiliaciones políticas o el historial social. En una era de inestabilidad geopolítica, un sistema de este tipo podría ser explotado para crear listas negras digitales, convirtiendo las fronteras en barreras invisibles controladas por algoritmos opacos. Además, el riesgo de piratería informática representa una gran amenaza: una brecha en la base de datos centralizada expondría millones de perfiles biométricos, lo que permitiría a los ciberdelincuentes cometer robos de identidad a gran escala, con consecuencias irreversibles, ya que los datos biométricos no se pueden cambiar como las contraseñas.
La construcción de una identidad virtual incontrolable
Quizás el peligro más aterrador sea la creación de una identidad virtual para cada persona, completamente ajena a su control. El EES almacenará datos personales sensibles, incluyendo datos biométricos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y los derechos fundamentales. Esta identidad digital, compuesta por huellas dactilares, escaneos faciales e historial de viajes, se convierte en una versión "oficial" del yo, gestionada por instituciones externas. La persona no tiene acceso directo para editar o eliminar estos datos, lo que significa que errores del sistema —como identificaciones erróneas causadas por algoritmos defectuosos— pueden tener consecuencias devastadoras, como denegaciones de entrada injustificadas o incluso acusaciones falsas de delitos.
Además, esta identidad virtual puede integrarse con otros sistemas, como la vigilancia urbana o las bases de datos gubernamentales, creando un perfil completo de la vida privada, desde los hábitos de compra hasta las relaciones sociales. Los teóricos de la conspiración llevan años advirtiendo que estos sistemas conducirán a una sociedad distópica, donde los gobiernos controlan la narrativa de la identidad personal, permitiendo la discriminación basada en datos agregados o la clasificación racial, a pesar de las promesas oficiales de protección.
Un aspecto particularmente alarmante de esta identidad virtual es el potencial de coerción por motivos religiosos, especialmente en un sistema ateo totalitario.
Imaginemos un escenario en el que un cristiano es chantajeado con "hechos" inventados, "confirmados" por los datos de su identidad virtual: acusaciones falsas de delitos o asociaciones inventadas, generadas por errores sistémicos o manipulación deliberada. Bajo amenaza de prisión, confiscación de bienes, revocación de la licencia de trabajo o incluso la prohibición de viajes esenciales, podría verse obligado a renunciar a su fe para mantener su acceso a la sociedad. Este tipo de presión no es solo hipotética; refleja una evolución hacia el control ideológico total, donde la identidad digital se convierte en un instrumento de coerción, convirtiendo las creencias personales en un riesgo calculado por algoritmos. Así, las minorías religiosas podrían ser sistemáticamente atacadas, con el pretexto de la seguridad nacional, lo que conlleva una erosión total de la libertad de conciencia y una sociedad en la que el conformismo se vuelve obligatorio.
A largo plazo, estos peligros erosionan la esencia misma de la libertad personal, convirtiendo los viajes, antaño símbolo de libre exploración, en un acto supervisado y regulado. Con el EEE, Europa avanza hacia un futuro donde la seguridad se convierte en un pretexto para el control y la identidad en una mercancía digital. Es hora de que los ciudadanos se pregunten: ¿merece la pena perder la privacidad y la libertad a cambio de una ilusión de seguridad?
Fuente: Yoga ezoteric
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