La receta de brócoli rebozado
Crujiente por fuera y jugoso por dentro, la receta de brócoli rebozado te hará cambiar de opinión sobre esta verdura
Esta es una receta para camelar de una vez por todas a quienes no son especialmente amigos del brócoli. Esta brasicácea gana mucho con el rebozado de harina, huevo y pan rallado y su paso por la sartén, quedando crujiente por fuera, tierna y jugosa por dentro. En una palabra: irresistible.
Con esta receta de brócoli rebozado queda demostrado que esta no es una verdura aburrida ni sosa. No tendrás mas que hincarle el diente para confirmar que es un bocado delicioso. Solo necesitas a la criatura en cuestión y un puñado de ingredientes básicos para ponerte a ello y comprobarlo.
Una recomendación por mi parte: no te pases con el punto de cocción inicial. El brócoli (como muchas otras verduras y hortalizas) está exquisito al dente, hazme caso con lo que te digo. Es preferible quedarse corta a pasarse. Las verduras sobre cocidas son cosa del pasado
Lavamos el brócoli y separamos los floretes del tallo (que guardamos para elaborar con él otros platos). Cortamos los floretes en piezas de un tamaño lo más similar posible y los cocemos al vapor un par de minutos. Después los dejamos secar bien antes de rebozar.
Para ello preparamos un plato con los dos huevos batidos y otro plato con el pan rallado. Introducimos los floretes de brócoli en una bolsa apta para alimentos, añadimos la harina, sal y pimienta. Cerramos dejando aire en su interior y agitamos con suavidad hasta que todos los trozos de brócoli estén bien rebozados en la mezcla.
Paramos el brócoli por el huevo batido y el pan rallado, asegurando que queda bien rebozado. Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos el brócoli en tandas de cinco o seis trozos (para evitar que el aceite pierda temperatura). Volteamos para que se doren por todos lados.
Retiramos el brócoli del aceite y lo dejamos escurrir en una fuente con papel absorbente. Repetimos la operación tantas veces sea necesario. Servimos el brócoli inmediatamente, en caliente, que es cuando está en su momento óptimo: crujiente por fuera y jugoso por dentro.
Fuente: Directo al paladar
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