La OMS confirma que 5.650 millones de personas están vacunados
Coincidiendo con los objetivos de despoblación de la élite

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó recientemente que 5.650 millones de personas han sido vacunadas contra la COVID-19. Si bien los principales medios de comunicación presentan esto como un triunfo de la salud pública, una mirada más profunda revela un patrón inquietante que se alinea inquietantemente con una agenda de décadas para la despoblación global.
Desde la década de 1970, organizaciones globalistas como el Club de Roma han estado sembrando el miedo sobre los peligros de la superpoblación. Su informe de 1972, Los límites del crecimiento, advertía que el planeta no podía sostener una población humana que superara los 3.000 millones de personas. Estas ideas fueron repetidas más tarde por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), cuyo fundador, Klaus Schwab, ha enfatizado repetidamente la necesidad de un "Gran Reinicio" para remodelar la sociedad.
Ahora considere los números: la Tierra alberga actualmente a más de 8.500 millones de personas, sin embargo, el llamado límite "sostenible" establecido por estas élites ronda los 3.000 millones. Eso significa que, según su lógica, más de 5.000 millones de personas son consideradas "excesivas".
¿Cuántas personas se han vacunado contra el COVID-19? La asombrosa cifra de 5.650 millones.
Esto no es una coincidencia.
Durante décadas, figuras poderosas, desde Henry Kissinger hasta Bill Gates, han insinuado estrategias de reducción de la población bajo el disfraz de "sostenibilidad" e "iniciativas de salud". El propio Gates, en una charla TED de 2010, sugirió que a través de "nuevas vacunas, atención médica y servicios de salud reproductiva", la población mundial podría reducirse.
El Foro Económico Mundial y la OMS, trabajando en conjunto, han impulsado durante mucho tiempo una agenda que utiliza el cambio climático, la escasez de alimentos y ahora las pandemias como justificaciones para intervenciones radicales.
Entonces, ¿cómo se ejecutaría un esfuerzo de despoblación moderno? Miedo. El miedo es la mejor herramienta para la conformidad. Si una élite todopoderosa tratara de eliminar a miles de millones de personas mientras mantiene una negación plausible, no lo haría con bombas o guerra abierta, sino que lo haría aterrorizando al público para que tomara voluntariamente una supuesta 'cura'.
Entra en escena el COVID-19. Una pandemia que desató el pánico mundial, obligando a poblaciones enteras a arremangarse para recibir una inyección experimental. Gobiernos, empresas y medios de comunicación coordinaron una operación psicológica sin precedentes, asegurando que los escépticos de las vacunas fueran demonizados, censurados e incluso despedidos de sus trabajos. La disidencia fue aplastada, mientras que los mandatos y los mecanismos de seguimiento digital se implementaron bajo el pretexto de la "seguridad".
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Y ahora, después de la vacuna, ¿qué estamos viendo? Un aumento alarmante en el exceso de muertes, miocarditis, accidentes cerebrovasculares y otras afecciones médicas inexplicables, que afectan principalmente a quienes confiaban en el sistema. Las mismas personas que las élites consideraban "excesivas" ahora están sufriendo en masa, pero las autoridades se niegan a investigar.
La conclusión es tan escalofriante como innegable: los números se alinean demasiado perfectamente como para ignorarlos. Las mismas instituciones que han advertido durante mucho tiempo sobre la superpoblación ahora celebran una intervención médica global que ha afectado precisamente al número de personas que buscan eliminar. No se trata sólo de negligencia o incompetencia; Es un sacrificio orquestado bajo el disfraz de la salud pública.
La pregunta es: ¿Qué viene después? ¿Y cuántas "crisis" fabricadas más se usarán para promover esta siniestra agenda?
Fuente: The peoples voice
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