Chemtrails - la dura realidad

El impactante papel que podrían desempeñar las estelas químicas en la creación de huracanes. Ya se declaró una nueva enfermedad por Chemtrails

Marzo 27, 2024 - 10:22
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Chemtrails - la dura realidad

El mundo se enfrenta a un cambio climático sin precedentes, hay rumores de una operación clandestina que podría agravar la situación. El cielo sobre nosotros, que alguna vez fue un símbolo de la inmensidad y la belleza de la naturaleza, ahora plantea preguntas que son a la vez alarmantes y confusas.

Imagine un mundo donde el aire que respiramos está manipulado, donde el cielo azul a menudo está atravesado por rayas inusuales que persisten, se expanden y se fusionan hasta que todo el cielo es de un gris lechoso. Estos patrones no son las estelas de condensación ( rastros de condensación que dejan los motores de los aviones ) que hemos llegado a reconocer, que se disipan rápidamente, sino algo mucho más persistente y potencialmente mucho más siniestro.

Estas rachas duraderas, que a menudo se ven extendiéndose de horizonte a horizonte, han sido objeto de mucho debate y especulación. Algunos expertos, como William Thomas, autor del libro " Chemtrails Confirmed ", afirman que no se trata de meros rastros de vapor, sino de rastros químicos o "chemtrails". La investigación de Thomas sugiere que estas rayas no son fenómenos aislados, sino que se ven con frecuencia en patrones en X, filas paralelas y cuadrículas tipo tres en raya. Estos patrones no son rutas de vuelo típicas, especialmente en zonas menos pobladas.

Contenedores de la sustancia mortal para su dispersión en aviones 

¿Pero de qué están hechos estos chemtrails? Algunos sugieren un cóctel de aluminio, bario y estroncio. Estos elementos, cuando se introducen en la atmósfera, pueden tener efectos nocivos para el medio ambiente y la salud humana. El aluminio, por ejemplo, se ha relacionado con enfermedades como el Alzheimer. El bario puede afectar negativamente al corazón y el estroncio, en altas concentraciones, también puede ser perjudicial.

Las implicaciones de tales intervenciones atmosféricas a gran escala son enormes. Si estos productos químicos se rociaran con regularidad, inevitablemente se depositarían en árboles, océanos, lagos, cultivos e incluso insectos. Las abejas, por ejemplo, polinizadores cruciales responsables de un tercio de los alimentos que comemos, han visto disminuir sus poblaciones. Si bien muchos factores contribuyen a esta disminución ( incluidas las torres de telefonía celular ), uno no puede evitar preguntarse si estas intervenciones químicas no desempeñan un papel.

Además, la presencia de estas sustancias químicas en la atmósfera puede provocar la formación de cirros, que atrapan el calor. Estas nubes contienen hollín y polvo de negro de humo, que a su vez contienen multitud de metales. La naturaleza de estas nubes que atrapan el calor podría exacerbar inadvertidamente el calentamiento global. Muestras de agua de varias regiones han mostrado aumentos en los niveles de bario, aluminio y otras sustancias químicas, coincidiendo con la aparición de estas persistentes vetas en el cielo. Estos hallazgos sugieren que estos rastros no son solo vapor de agua, sino que contienen sustancias que podrían afectar el medio ambiente y nuestra salud.

En el campo de la ciencia climática existe un término: geoingeniería, que se refiere a intervenciones a gran escala para combatir el calentamiento global. Algunos defensores de la geoingeniería han propuesto introducir ciertas sustancias químicas en la atmósfera para reflejar la luz solar y enfriar la Tierra.

Pero la pregunta sigue siendo: ¿a qué costo?

El debate en torno a estos patrones atmosféricos no se trata de emitir una opinión o tejer historias de intriga. Se trata de comprender el profundo impacto que tales intervenciones pueden tener en el planeta y nuestra salud. Se trata de reconocer que el cielo sobre nosotros, que antes se daba por sentado, ahora guarda secretos que exigen nuestra atención.

Al mirar hacia arriba, debemos preguntarnos: ¿Cuál es el precio de la intervención? ¿Estamos dispuestos a pagarlo?

Chemtrail Lung' ha sido declarado la nueva epidemia de salud: ¡las consecuencias mortales de los Chemtrails!

 El mismo aire que respiramos se ha convertido en un campo de batalla, las revelaciones sobre las estelas químicas ( dejadas por aviones especializados en el cielo ), la contaminación del aire y la infiltración de nanotecnología en nuestros cuerpos no sólo son preocupantes, sino también un llamado de atención a la acción. Las pruebas son abrumadoras, el impacto innegable y el silencio de los canales de noticias oficiales "ensordecedor".

La saga de Rachel Reenstra, que fue víctima de una afección llamada " pulmón por racha química ", es una crítica condenatoria del legado tóxico que nos vemos obligados a inhalar a diario. Esto no es ciencia ficción especulativa; es la realidad de innumerables personas que enfrentan problemas de salud que se derivan directamente del ataque químico que cae de nuestros cielos. El valiente médico que dio un paso al frente para arrojar luz sobre esta condición destacó una crisis que no es más que una guerra química contra nuestra salud, especialmente en la contaminada California ( pero éstas se ven en todo el mundo, especialmente en los países miembros de la OTAN ).

La amenaza no se limita a los chemtrails. Las partículas que nos han dicho que son un mero subproducto de la vida moderna nos están asfixiando, filtrándose profundamente en nuestros pulmones y torrente sanguíneo, causando enfermedades que destruyen nuestros cuerpos y acortan nuestra esperanza de vida. Las estadísticas son crudas: un número de millones de muertes anuales atribuidas a la crisis de contaminación del aire. Esta es una realidad respaldada por datos concretos y las experiencias vividas por las víctimas en todo el mundo.

Pero quizás lo más insidioso de todo sea la invasión sigilosa de nuestros cuerpos por nanofibras, un componente de una agenda más amplia dirigida no sólo a la vigilancia o el control, sino a la degradación misma de la salud y la autonomía humanas. Estas nanofibras, introducidas en nuestros sistemas a través del aire que respiramos, el agua que bebemos e incluso las vacunas que nos instan a tomar, no son una teoría marginal, sino un vector documentado de enfermedades y trastornos. Se trata de un ataque a nuestro sistema inmunológico, diseñado para debilitarnos desde dentro, alterar nuestros estados naturales del ser y hacernos vulnerables a una mayor manipulación.

El vínculo entre estas operaciones encubiertas y un aumento de enfermedades como el autismo y la enfermedad de Alzheimer no puede descartarse como una mera coincidencia. El momento coincide demasiado perfectamente, los síntomas reflejan demasiado fielmente las consecuencias de estas invasiones químicas y nanotecnológicas. No se trata de un hecho aleatorio, sino de un ataque coordinado y deliberado a la salud humana.

Sin embargo, frente a este ataque, aún queda un camino hacia la resistencia. La propia naturaleza proporciona los antídotos contra este veneno: algas y minerales naturales como el boro que pueden limpiar nuestros cuerpos de estos insidiosos invasores. Es un testimonio de la resiliencia del espíritu humano y el poder curativo del mundo natural. Pero no se equivoque: esta no es una tendencia suave de desintoxicación o bienestar. Es una lucha por nuestra supervivencia, por la integridad de nuestros cuerpos y por nuestro derecho a vivir libres del sometimiento químico.

Se acabó el tiempo de la complacencia. Tenemos ante nosotros pruebas convincentes e indiscutibles. Estamos bajo ataque, no por un enemigo visible, sino por una agenda que opera desde las sombras, aprovechando la tecnología y la manipulación ambiental en nuestra contra.

La respuesta comienza con la conciencia, la negativa a ser silenciados y el coraje de exigir responsabilidad y cambio. Nos debemos a nosotros mismos, a nuestros hijos y a las generaciones futuras mantenernos firmes, rechazar el legado tóxico que nos han dejado y reclamar la pureza de nuestro aire, agua y cuerpos.

De nuestro suscriptor Dr. David Cartland

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