Un crimen contra la naturaleza

olivos centenarios arrancados para granjas solares en España

Mayo 12, 2025 - 09:31
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Un crimen contra la naturaleza
    • Los olivares centenarios de la región española de Andalucía están siendo arrancados de raíz para dar paso a proyectos de energía solar, lo que ha provocado la resistencia de los agricultores que ven amenazados sus medios de vida y su patrimonio cultural.
    • El gobierno regional utiliza una ley de expropiación de la era de Franco para confiscar tierras "en interés público", mientras que los agricultores y activistas acusan a las autoridades de priorizar las ganancias corporativas sobre la agricultura local.
    • Jaén, conocida como la "capital mundial del aceite de oliva", podría perder hasta 100.000 árboles, devastando a los pequeños agricultores y cooperativas, con algunos huertos que datan de hace más de 1.000 años.
    • El agresivo impulso de España para que el 81 por ciento de la energía sea renovable para 2030 está chocando con la sostenibilidad rural, ya que los proyectos solares generan pocos empleos locales y corren el riesgo de despoblación, al tiempo que genera preocupaciones sobre la transparencia.
    • Las arboledas combaten la desertificación y fueron consideradas para el estatus de la UNESCO, pero su destrucción amenaza el equilibrio ecológico y obliga a las generaciones más jóvenes a abandonarlo, lo que plantea preguntas éticas sobre las transiciones a la energía verde.

En las llanuras bañadas por el sol del sur de España, se está desarrollando un amargo conflicto a medida que los olivares centenarios, algunos que se remontan a la época romana, están siendo arrancados para dar paso a proyectos de energía solar.

El gobierno regional de Andalucía, aprovechando una ley de expropiación de la era franquista, ha declarado que las confiscaciones de tierras son "de interés público". Esto ha provocado una feroz resistencia por parte de los olivareros, que ven amenazados sus medios de vida y su patrimonio. Con España liderando el impulso de las energías renovables en Europa, el choque pone de manifiesto la tensión entre las ambiciones de energía verde y la preservación de los legados agrícolas y culturales.

La provincia de Jaén, a menudo llamada la "capital mundial del aceite de oliva", está en el centro de la disputa. Aquí, los olivos cubren más de 600.000 hectáreas, formando un paisaje tan vasto que se conoce como el "Mar de los Olivos". Muchos de estos árboles tienen siglos de antigüedad, y algunos superan los 1.000 años.

Sin embargo, empresas energéticas como Greenalia están asegurando tierras, voluntariamente o mediante expropiación forzada, para instalar paneles solares, con estimaciones que sugieren que se podrían perder hasta 100.000 árboles. Agricultores como Francisco Campos, de 64 años, califican la destrucción como "un crimen", argumentando que las tierras agrícolas fértiles están siendo sacrificadas para obtener ganancias corporativas en lugar de beneficio local.

El gobierno regional cuestiona la magnitud del impacto, afirmando que solo se eliminarán 13.000 árboles, pero los activistas y los propietarios de tierras afectados siguen sin estar convencidos. Rafael Alcalá, vocero de grupos opositores, dice que las expropiaciones equivalen a una "extorsión". Los propietarios de tierras están siendo presionados para que acepten contratos de arrendamiento desfavorables o se enfrenten a una compensación aún más baja a través de ventas forzadas.

El costo económico es duro: la cooperativa de aceite de oliva de Lopera, La Loperana, estima que perder 500 hectáreas de plantaciones supondría un recorte de 2 millones de euros (2,3 millones de dólares) en ingresos anuales. Para pequeños agricultores como Juan Campos, de 67 años, cuya familia ha cuidado las mismas plantaciones durante generaciones, la pérdida es existencial. "Nos están quitando nuestro sustento", lamentó.

Huertos solares vs. olivar: la lucha por el campo español

Los agresivos objetivos de energía renovable de España, que apunta a que el 81 por ciento de la electricidad provenga de energías renovables para 2030, lo han convertido en un líder europeo en energía solar y eólica. Pero los críticos argumentaron que la prisa por descarbonizar está dejando de lado a las comunidades rurales. El impulso de Madrid a la energía verde también fue culpado por un apagón que afectó a la Península Ibérica a fines de abril. (Relacionado: Experimento de energía verde de España y Portugal fracasa con el colapso y apagón de la red eléctrica)

Mientras que los grupos de la industria solar como UNEF promocionan beneficios económicos para los ingresos fiscales locales, los opositores dicen que los proyectos traen pocos empleos y devastan la agricultura tradicional. El conflicto también ha atraído el escrutinio sobre la transparencia, con acusaciones de que las empresas están dividiendo proyectos para evitar revisiones ambientales más estrictas.

Lo que está en juego va más allá de la economía. Los olivares de Andalucía han sido considerados recientemente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reconocidos por su importancia cultural y ecológica. Los árboles combaten la desertificación en una región cada vez más vulnerable a las sequías e incendios provocados por el clima.

Sin embargo, a medida que los paneles solares reemplazan a las antiguas arboledas, los agricultores advierten sobre una crisis de despoblación, con las generaciones más jóvenes obligadas a irse. "Mis hijos van a tener que abandonar el pueblo porque no va a haber trabajo", dijo Juan.

Los desafíos legales y las protestas continúan, pero el tiempo se acaba. Con las expropiaciones ya en marcha, la batalla en Jaén pone de manifiesto un dilema global: ¿se puede lograr la transición a las energías renovables sin sacrificar los mismos paisajes y comunidades que pretende proteger? Por ahora, los olivos y las personas que dependen de ellos siguen atrapados en el fuego cruzado del progreso.

Fuente: Natural news

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