Que planea OMS
El Dr. David Bell, asesor de la OMS, se sale de la Organización y cuenta lo que tienen planeado
Como explica el Dr. David Bell en este artículo publicado en Daily Sceptic, no tiene sentido otorgar poderes a una institución extranjera que no rinde cuentas y que contradice las normas democráticas y la buena política de salud pública. Bell critica la falta de experiencia y el historial deficiente de esta institución, así como su influencia por intereses privados y gobiernos autoritarios. Bell argumenta que financiar este proyecto perpetuo de emergencia sanitaria significa desmantelar nuestra independencia y ceder nuestros derechos humanos a un pequeño grupo que busca beneficiarse de nuestro empobrecimiento; y enfatiza la importancia de tener claridad, honestidad y coraje para detener esta situación.
El Dr. David Bell es médico clínico y de salud pública con un doctorado en salud de la población y experiencia en medicina interna, modelización y epidemiología de enfermedades infecciosas. Anteriormente fue Jefe del Programa de Malaria y Enfermedades Febriles Agudas de FIND en Ginebra, y coordinador de la estrategia de diagnóstico de la malaria en la Organización Mundial de la Salud. Es miembro del Comité Ejecutivo de PANDA.
Los aspectos políticos, económicos y sociales de la respuesta son de mucha mayor importancia que el propio virus. El impulso de transformación amenaza nuestra democracia y nuestras formas de vida existentes.
Centralizar el poder con la OMS: un juego peligroso
Tanto el tratado "pandémico" de la OMS como las enmiendas al RSI son fundamentales para esta transformación. Su objetivo es centralizar el poder sobre las naciones en manos de la OMS, una organización que ya no es lo que solía ser.
Los intereses privados ahora ejercen un inmenso poder sobre la OMS.
Bill Gates, a través de las donaciones de la Fundación Gates y otras organizaciones como GAVI, la Alianza para las Vacunas, se ha convertido en el mayor financiador de la organización.
Una parte significativa de estos fondos está "especificada" o destinada a programas específicos. Esta dinámica influye significativamente en las operaciones de la OMS, convirtiéndola en una organización que baila al son de sus financiadores.
La OMS: ¿un títere de los intereses privados?
Bell señala: "La OMS es en gran medida una organización que hace lo que sus financiadores le dicen que haga". Gates, por ejemplo, nunca parece financiar nada de lo que no pueda beneficiarse en el backend. Promueve cultivos genéticamente modificados (GE) en África, invierte en las empresas proveedoras y financia campañas de vacunación para las mismas vacunas en las que ha invertido.
No se trata de caridad o de hacer el bien al mundo.
Gates simplemente crea mercados para sus inversiones.
La estrategia de confinamiento por COVID no se originó en la propia OMS, sino en una fuente externa. Esto se hizo evidente cuando las directrices de la "pandemia", que originalmente exigían aislar a los pacientes infectados solo durante 7 a 10 días, se revisaron por completo.
El mundo, tanto enfermo como sano, recibió instrucciones de aislarse durante semanas y meses a la vez.
Como resultado, varios de los supuestos objetivos de la OMS para la salud y el bienestar mundiales, especialmente para los niños, sufrieron reveses dramáticos. La narrativa de la vacunación: una cortina de humo para una agenda más siniestra
Bell también destaca la narrativa irracional de la vacunación: "Con una 'pandemia' en rápido movimiento, nadie está a salvo a menos que todos estén a salvo". Este lema, utilizado para promover la vacuna COVID, ignora la realidad de la inmunidad natural.
No necesitamos que el mundo entero sea inmune.
Solo necesitamos cumplir con el umbral para la inmunidad colectiva, y los vulnerables son protegidos automáticamente por aquellos con inmunidad natural.
Lo que esto demuestra es que las personas que dirigen el programa no están interesadas en la evidencia o la lógica. Están interesados en fragmentos de sonido, y esto no tiene nada que ver con el cuidado de la salud.
En resumen, la respuesta a la "pandemia" fue sobre la transferencia de riqueza.
Se crearon cuarenta nuevos multimillonarios, mientras que unas 200,000 pequeñas empresas fueron destruidas en los Estados Unidos solo en 2020.
Los fabricantes de vacunas ganaron cientos de miles de millones de dólares en "vacunas" que prácticamente no proporcionaron protección mientras mataban a un número sin precedentes de adultos en edad laboral y diezmaban las tasas de natalidad.
La industria 'pandémica': el mayor espectáculo del mundo
La industria de la "pandemia" está montando "el mayor espectáculo del mundo". Según esta industria, las pandemias son cada vez más frecuentes, una afirmación que Bell refuta. También insinúan que nuestra única defensa contra estas amenazas es centralizar el poder y el control bajo la OMS.
Sin embargo, esta narrativa no está respaldada por evidencia científica.
En cambio, es una ilusión cuidadosamente construida diseñada para mantener al público con miedo y dispuesto a renunciar a sus derechos por la promesa de seguridad.
La idea de que las pandemias son cada vez más comunes es disputada por Bell.
La última gran pandemia antes de COVID-19 fue la gripe H1N1 en 2009, y antes de eso, la gripe española en 1918. La poca frecuencia de las pandemias durante el siglo pasado difícilmente apoya la narrativa sensacionalista que se está impulsando actualmente. Además, se ha demostrado que la centralización del poder es una estrategia ineficaz para gestionar las crisis de salud pública.
La pandemia de COVID-19 sirve como un buen ejemplo.
A pesar de la considerable influencia de la OMS, la pandemia ha provocado millones de muertes en todo el mundo, lo que subraya la ineficiencia de la organización en el manejo de tales crisis.
Gobernanza global
Un desafío a la soberanía nacional El tratado "pandémico" propuesto, junto con las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI), podría dotar a la OMS de la capacidad de anular las leyes y constituciones nacionales bajo el disfraz de gestión "pandémica". Esta es una amenaza directa a la soberanía nacional.
La posibilidad de una gobernanza mundial es cada vez más tangible. El tratado "pandémico" es un paso significativo en esta dirección. Si se ratifica, establecería un marco legal internacional que otorgaría a la OMS la autoridad para dictar cómo las naciones responden a una "pandemia".
Esto plantea graves preocupaciones.
La OMS, con su historia de sucumbir a intereses privados, podría abusar de este poder en beneficio de sus financieros en lugar de la población mundial. El tratado sobre la "pandemia" y las enmiendas al RSI transforman esencialmente a la OMS en un autócrata de la salud mundial con la capacidad de exigir políticas nacionales de salud.
Las implicaciones
Una disminución de las libertades El impacto de estas medidas puede ser extenso.
Si permitimos que nuestras decisiones de salud sean requisadas por una institución centralizada, podemos perder nuestras libertades individuales y nacionales.
La libertad de elección es una parte vital de los derechos individuales.
Renunciar a esta libertad en nombre de la salud pública equivale a renunciar a estos derechos, sentando un precedente peligroso que podría conducir a la erosión de otras libertades.
El curso actual de la gobernanza de la salud mundial es profundamente preocupante.
El tratado "pandémico" propuesto y las enmiendas al RSI plantean amenazas a nuestros derechos y libertades individuales.
La consolidación del poder en manos de la OMS, una organización en gran medida influenciada por intereses privados, constituye una amenaza considerable para nuestra salud y bienestar.
La conciencia pública sobre estos temas es fundamental, al igual que oponerse a estas medidas. Debemos resistir los esfuerzos por centralizar el poder y mantener nuestros derechos individuales.
El poder reside en el pueblo.
Necesitamos recuperar el control sobre nuestras decisiones de salud y asegurarnos de que se basen en la evidencia, en lugar de estar influenciadas por intereses privados.
Es hora de reclamar nuestras libertades y salvaguardar nuestra forma de vida.
Fuente: Gazetteller
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