Llas cervezas en los EE. UU. están contaminadas con veneno

• La exposición a PFAS está relacionada con el cáncer, la infertilidad, los retrasos en el desarrollo, la alteración hormonal y el debilitamiento de la inmunidad. Casi el 99 por ciento de los estadounidenses tienen PFAS en la sangre, y el consumo de cerveza se suma a la exposición acumulativa.

• Las cervecerías artesanales que dependen del agua municipal sin filtración avanzada son especialmente vulnerables a la contaminación por PFAS, al igual que los ingredientes y los materiales de embalaje.

• Si bien la EPA ha establecido límites de PFAS para el agua potable, la aplicación no comenzará hasta 2029, dejando a las empresas de servicios públicos y cervecerías sin control en el ínterin.

• Los consumidores pueden reducir la exposición consultando los informes de calidad del agua, preguntando a las cervecerías sobre la filtración, bebiendo con moderación, eligiendo cervezas de regiones con bajo contenido de PFAS, utilizando filtros domésticos certificados y abogando por políticas de agua más estrictas.

Los estadounidenses que abren una cerveza fría se sorprenderían al descubrir que su pinta favorita contiene más que cebada y lúpulo.

Un nuevo estudio ha encontrado que muchas cervezas populares en los EE. UU. contienen sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS). Comúnmente llamadas "productos químicos para siempre", estas sustancias tóxicas están relacionadas con todo, desde el cáncer hasta los problemas reproductivos.

Los PFAS son productos químicos artificiales que se utilizan en todo, desde envoltorios de alimentos, espuma contra incendios, sartenes antiadherentes hasta telas resistentes a las manchas. Son apodados "químicos para siempre" porque no se descomponen fácilmente en el medio ambiente o en el cuerpo humano.

Según los investigadores de RTI International, las PFAS llegan a la cerveza a través del ingrediente más básico de todos: el agua. En un estudio publicado en Environmental Science & Technology, describieron los resultados de sus pruebas en 23 cervezas de cervecerías artesanales y comerciales en los EE. UU., así como de marcas internacionales.

Los investigadores de RTI se toparon con un descubrimiento preocupante: se detectaron PFAS en la mayoría de las cervezas que probaron. Cuatro incluso superaron los nuevos límites de seguridad para el agua establecidos por la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

El agua constituye más del 90 por ciento de la cerveza, y de dónde proviene esa agua realmente importa. Muchas cervecerías pequeñas y medianas utilizan agua del grifo municipal en su proceso de elaboración de la cerveza. Si esa fuente de agua está contaminada con PFAS, como ocurre en muchas áreas de California, Michigan y Carolina del Norte, es probable que la cerveza elaborada con ella también esté contaminada.

Una cerveza de Carolina del Norte analizada en el estudio tenía un nivel de sulfonato de perfluorooctano (PFOS) de 6.2 partes por billón (ppt), lo que supera los límites de seguridad del agua potable de la EPA para 2024 de cuatro ppt. Otra cerveza de Michigan registró 6.6 ppt de ácido perfluorooctanoico (PFOA). Tanto el PFOS como el PFOA pertenecen al grupo más grande de PFAS.

La directora sénior de RTI International para Salud Ambiental y Calidad del Agua, Jennifer Hoponick Redmon, primera autora del estudio, señaló que la cerveza es más que solo alcohol y sabor, también es una ventana a la calidad del agua utilizada para elaborarla.

No solo un problema de agua, sino un problema de salud

Las PFAS se asocian con una larga lista de problemas de salud, que incluyen:

• Aumento del riesgo de cáncer

• Infertilidad y problemas reproductivos

• Retrasos en el desarrollo de los niños

• Disrupción hormonal y pubertad precoz

• Debilitamiento de la respuesta inmunitaria

De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han encontrado PFAS en la sangre de casi el 99 por ciento de los estadounidenses. Y debido a que la cerveza es la tercera bebida más consumida en el mundo, justo detrás del agua y el té, incluso los niveles bajos de PFAS en la cerveza podrían aumentar la exposición total.

El Dr. Bryan Quoc Le, científico de alimentos y consultor de la industria, que no participó en el estudio, enfatizó que los riesgos para la salud relacionados con las PFAS son graves, especialmente con la exposición a largo plazo. Anotó que incluso si la cerveza no es la fuente principal de PFAS, sigue contribuyendo a la carga tóxica general en el cuerpo.

Un detalle sorprendente del estudio es que las cervecerías artesanales más pequeñas, muchas de las cuales son amadas por su autenticidad y sabor, son especialmente vulnerables. A diferencia de las grandes cervecerías que a menudo tienen sistemas de filtración más avanzados, las operaciones más pequeñas generalmente dependen del tratamiento básico del agua. Eso significa que es posible que no estén filtrando las PFAS en absoluto.

Y no es solo el agua. Los materiales de embalaje, los equipos de elaboración de cerveza e incluso ingredientes como los cereales y el lúpulo podrían introducir pequeñas cantidades de PFAS durante el proceso de elaboración de la cerveza.

Medidas proactivas contra las PFAS

En 2024, la EPA anunció los primeros límites aplicables a las PFAS en el agua potable. Pero aquí está el truco: estas reglas no se aplicarán hasta 2029. Mientras tanto, las empresas de servicios públicos no están obligadas a tomar medidas, incluso si los niveles de PFAS superan los límites de seguridad.

Las instalaciones de tratamiento de agua suelen utilizar métodos de filtración estándar, como la coagulación o la sedimentación, que simplemente no son eficaces contra las PFAS. Los métodos más avanzados, como el carbón activado o la ósmosis inversa, funcionan. Sin embargo, son costosos y difíciles de implementar a gran escala.

Hasta que esas protecciones estén completamente implementadas, los consumidores deben valerse por sí mismos. Esto puede parecer abrumador, pero el conocimiento es poder. Aquí hay algunas formas prácticas de proteger la salud mientras se disfruta de una fría:

• Verifique el suministro de agua: use herramientas como la base de datos de agua del grifo de EWG o los informes de calidad del agua de su empresa de servicios públicos local para ver si se han detectado PFAS en el suministro de agua.

• Pregúntele a las cervecerías: No tenga miedo de ponerse en contacto con las marcas de cerveza y preguntar si realizan pruebas de PFAS o utilizan filtración de agua avanzada.

• Beba con moderación: Un menor consumo se traduce en una menor exposición acumulativa, no solo al alcohol, sino también a las PFAS y otras toxinas ocultas.

• Elija sabiamente: considere optar por cervezas elaboradas en regiones con menor contaminación por PFAS, o mejor aún, las que usan agua filtrada.

• Instale un filtro de agua en el hogar: Busque filtros certificados que utilicen carbón activado o sistemas de ósmosis inversa. Se ha demostrado en pruebas independientes que los filtros asequibles, debajo del fregadero o tipo jarra, como Berkey (con los cartuchos adecuados), Clearly Filtered o ZeroWater, reducen significativamente las PFAS y otros contaminantes perjudiciales para la salud.

• Apoyar las políticas de agua limpia: Abogar por estándares de seguridad del agua más estrictos y defender las protecciones de la EPA para reducir la exposición a las PFAS en la fuente.

Si bien este estudio plantea serias preocupaciones sobre la presencia de productos químicos tóxicos para siempre en las bebidas, también abre la puerta a la concienciación, la defensa y mejores opciones para los consumidores.

Fuente: Natural News