El ecologismo fallido

Julio 1, 2023 - 10:46
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El ecologismo fallido

thank goodness para los entusiastas y los obsesivos. Si todos siempre tuvieran una visión equilibrada de todo, nunca se haría nada. Pero cuando la visión del mundo de los activistas se filtra en el serio aparato de la formulación de políticas y los foros globales, las malas decisiones tienden a seguir. Eso, desafortunadamente, es especialmente cierto en el mundo del cambio climático.

Un ejemplo es el efecto del calentamiento global en las personas más pobres del mundo. A medida que el planeta se calienta, los eventos extremos como sequías, inundaciones y tormentas son cada vez más comunes y más severos. Muchos lugares son cada vez menos habitables. En las próximas décadas, muchos agricultores vulnerables, desde Malí hasta el delta del Mekong, encontrarán que sus cultivos fallan con mayor frecuencia. Y a medida que los recursos se vuelvan más escasos, estallarán más combates.

ige una urgente respuesta acorde con el fondo y la forma. La peligrosa vehemencia de estas ideologías es que les permita aplaudir y promocionar actos de violencia social, física y psíquica utilizando las redes, inundándolas de inmundicias, desprecios y calificaciones delictivas que quedan impunes, lo que afirma su comportamiento. La caza y la pesca llevan décadas en el centro de su diana. El número de impertinencias, falacias y presiones ha conseguido que los muchos cazadores de relevancia social disimulen su inclinación recolectora temerosa de las consecuencias de que pueda deslustrar la corrección política de su currículum social, laboral e incluso familiar.

En todos los estamentos sociales hay cazadores, pero los que podían sernos útiles empiezan a ser rehenes de esa hipocresía defensiva que ha terminado por recluirlos en el armario. Ceder no es la más digna forma de derrota. El colectivo cinegético sufre ya eso que los psicólogos denominan estrés social una patología abigarrada que fue descrita en otros colectivos estigmatizados –comunidad gay o feministas– y cuya rehabilitación tanto cuesta conseguir.

Hay que afrontar el problema desde la convicción de saber que la ciencia y sentido común está de nuestro lado y trabajar por hacer llegar a la ciudadanía silenciosa un mensaje veraz del verdadero significado medioambiental de la caza moderna. Desgraciadamente, las ideologías son implacables y diestras en agitación y propaganda. Al fin, estos movimientos sólo son la parte verde del populismo. Por fortuna, su mensaje lleno de medianías intelectuales y extremas propuestas incluidas son de tan poco calado científico que por sí solas demuestran su vacío. No será, sin embargo, un conflicto fácil ni corto. El campo de batalla serán las redes, donde cualquier francotirador analfabeto con dedos gordos puede sin filtro vomitar lo que le plazca en la certeza de calar en una sociedad sensible al alarmismo medioambientalista. La contestación a las injurias debe ser colegiada, contundente y voz unitaria de los intereses recolectores. Hay proyectos madurando. De su eficacia dependerá nuestro futuro.

Fuente: The Economist

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