Domesticando a las masas

...han tenido el tiempo suficiente para «reproducir» la población

Julio 17, 2023 - 09:39
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Domesticando a las masas

¿Cómo es posible que las masas hayan caído víctimas de los planes de la agenda, muchos se crean sus argumentos o incluso los defiendan? A pesar de que parte de la población reconoce la falsedad de sus argumentos y bazofias, los hay que confían en sus líderes y los defienden.

Más allá de las técnicas de inducción ideológica por repetición incesante, consiguiendo que estas creencias se introduzcan en el inconsciente colectivo y sean el pan nuestro de cada día, existen otros medios que son necesarios pues quienes se creen en cuento han de recibir algún premio por ello, se requiere de algún tipo de refuerzo que justifique que incluso se llegue a negar el propio pasado, se acepten amenazas que no existen o se consideren que tales conclusiones prefabricadas sean las moralmente correctas y se correspondan con la única realidad posible. De ahí al pensamiento único sólo hay un paso.

Cuando en el año 2021 ganó en Perú las elecciones Pedro Castillo, a su primer ministro Aníbal Torres no se le ocurrió otra idea que condicionar el hecho de trabajar, entrar en un banco, en un centro comercial o en una agencia oficial del estado a estar convenientemente envenenado, perdón, vacunado con el covid, siguiendo el principio de la secta. De este modo se asoció el dinero a la vacuna en un plan tan burdo que dejaba a las claras el resquicio empleado: si no te inyectas el grafeno no puedes trabajar. Si a ello le añadimos el cuadro de estrés postraumático producido por las cuarentenas genocidas y la ruina sufrida y experimentada en propias carnes, muchos ciudadanos se vieron convencidos para acceder a la siniestra y criminal pretensión.

 En otros países las medidas han sido similares, pero mucho más sibilinas. El chantaje, el descrédito incluso dentro de la misma familia, el desprecio y la intoxicación diaria por parte del gobierno y sus esbirros medios de comunicación, financiados desde los presupuestos del estado con mucha intención, hicieron su efecto. Muchas personas se vieron convencidas con tal de ser aceptadas por sus nuevos entornos culturales. Finalmente resultaron ser engañadas, muchas fallecieron, otras tuvieron secuelas graves y las demás siguen creyendo que la vacuna es la gran panacea que salvará el futuro de la humanidad.

El dinero se ha convertido en lo que nos permite tener autonomía personal, independencia de ideas o de pensamiento, ser vistos como buenos ciudadanos bajo la mirada de un sistema de apariencias y mentiras. Cuánto más hay más resistentes son las creencias, más ataques resisten, si hay poco, poco sustento tienen y menos confianza tienen los que adolecen. Por lo tanto, si se condiciona a la población abriendo y cerrando el grifo de los euros, el mercado laboral, la facilidad de hacer un negocio o apretando un poco más el cinturón sin que llegue a ser una experiencia mortal, pero sí de sufrimiento, la masa aprende que ha de adoptar ciertas creencias para tener éxito en la vida, evitando las creencias disidentes porque el resto los contemplarán como seres locos que están fuera de la realidad predominante. Los ejemplos de estos perversos modelos, los ricos, lo han sido porque han sido las reglas y nunca han roto las reglas del capitalismo: individualismo, egoísmo, cuidado excesivo con las apariencias y más hipocresía que otra cosa porque muchas de las mentes que defienden estos modelos están huecas.

Si a ello le añadimos la ambición personal, las frustraciones no resueltas por fracasos acontecidos por  las estratagemas de los que controlan el flujo económico a capricho, que interpretan en clave de acciones propias y fracasos personales, es decir, sensación de culpa ante una imagen propia que se impone a golpe de auto exigirse hasta el delirio, los sujetos siguen las directrices del sistema como corderitos, sobre todo si conservan cierto tipo de zona de confort, en forma de bienes personales, placer asociado, seguridad y confianza en el futuro. Además, cuando ésta se esfuma, el sujeto cree conservarla en una absurda disonancia cognitiva, de modo que el mito de la recuperación se impone y se hace todo lo posible, hasta incluso se traicionan viejos ideales y se desprecian. Esta asociación entre dinero y felicidad, dinero y estabilidad personal, dinero y bienestar emocional tiene a los españoles en vilo. Ni oír quieren de las amenazas económicas y se creen los cuentos de los políticos que les prometen el oro y el moro si dejan sus sueños en sus manos porque muchos han perdido la esperanza.

Más aún si quienes defienden estas ideas y las expanden se creen salvadores de la patria y piensan que su gesta es gloriosa. Dicen amar a su país, pero sólo gritan soflamas que otros les dicen y que los científicos de la información, los periodistas, les han hecho creer como ciertas y muy serias, siendo avisos de peligros de los que hay que resguardarse. El efecto de ello es que las ideas de la agenda 2030 se van propagando sin problemas. Colocando a cada ciudadano en la zona de seguridad mental por el aviso de altas temperaturas ante el falso cambio climático y la sequía provocada por los chemtrails, acababan siendo convencidos de la amenaza y, junto a la crisis económica que ello provoca, caen en el terrible trauma de aceptar futuras medidas como las ciudades de 15 minutos o de aceptar un bono social. Los planes del BCE y del Foro de Davos van en ese camino; al desaparecer el dinero físico y al estar controlado por la Inteligencia Artificial los ciudadanos quedarán sometidos a reglas de obediencia y los ciudadanos, en función de su comportamiento, serán privados de sus derechos si son disidentes o presentan una clara rebeldía a las nuevas reglas, del mismo modo que muchas personas aceptaron las que le hablaban de una terrible pandemia hace tres años.

Los estrategas, con sus secretos planes, han empleado el aspecto económico, para ir introduciendo a nuestras mentes en las cajas de los circuitos de la gran mátrix donde nuestra conciencia será evaluada y nuestra supervivencia tendrá un precio. No importa la calidad laboral, da igual lo que ganes, buscarás seguridad hasta que te conviertan en esclavo, lo cual siempre fuiste, pero en ese momento lo verás muy claro. ¿Será suficiente para que reacciones?

Desde siempre han engañado a la población con mitos de éxito alejados del plano espiritual y concernientes a lo material, al placer, a huir del dolor y de la realidad, sobre todo si producen sufrimiento e incredulidad.” No puede ser posible que me hayan engañado, no puedo creer lo que me dicen los disidentes”, será una frase que expresará el terror ante la muerte y el fracaso, ante la idea sacralizada de que lo peor ya pasó, cuando no necesariamente es así. Cuando esto ocurre, la contradicción activa el rechazo hacia quien plantea dichos argumentos que nos enfrentan con cada uno de nosotros, nuestros verdaderos miedos y nuestros presentimientos nunca admitidos. El hecho de tener cierta comodidad, aunque sea temporal, que nos libre de enfrentarnos a nuestros verdaderos yoes espirituales nos genera odio, ese resentimiento que se ve en las redes sociales todos los días entre personas que pertenecen a sectas ideológicas y no se han dado ni cuenta.

Y todo por dinero, elevado a la categoría de Dios, símbolo del poder cada uno de nosotros, un poder ensuciado que nos aleja de nuestra identidad verdadera y nos sumerge en la búsqueda del talismán que nos haga felices para siempre, sin esfuerzo cuando la meta se logró. ¿Merece tanto la pena tanto esfuerzo hacia el suicidio entrópico? ¿Vale la pena estar muerto en vida, ser un zombi, sin sentimientos, que ha vendido su alma a la falsa divinidad del vil metal y de la oscuridad del alma?

Una cadena de eventos bien entrelazados entonces, bien estudiados por las elites, incluso las políticas, conducen a su éxito, una vez que manipulan nuestra debilidad, aprovechada durante siglos y con muchas ventajas para imponernos la espuria agenda 2030.

¿Reaccionará la humanidad, saldremos de la zona de confort y nos arriesgaremos para nuestra libertad, desafiando al poder satanizado? ¿Seremos lo suficientemente fuertes como para hacer caso omiso a las tentativas de la serpiente que nos encanta hasta en los sueños donde salen a la luz nuestras peores pesadillas por motivos lógicos? De ello depende que vivamos en un mundo de tiranía, como nunca se ha visto, o que construyamos en la tierra el cielo con el que siempre hemos soñado.

Fuente: El Diestro

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