Colaboración entre EEUU y los extraterrestres?

Paul Bennewitz era un reputado especialista en sistemas electrónicos. Desde su casa en Albuquerqe, Nuevo México, tenía una buena vista de la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland, uno de los depósitos de armas nucleares más grandes del mundo.

Desde 1980, objetos ligeros que no parecían ser aviones o helicópteros, moviéndose con movimientos bruscos y maniobras imposibles para cualquier aeronave de la Tierra, y mostrando luces inusuales se han observado aterrizando o despegando en o cerca de esta base en varias ocasiones, y mostrando luces inusuales. Algunos incidentes, acompañados de bloqueos de radares y otros equipos durante varias horas, también se registraron en documentos oficiales de la base.

Bennewitz había estado interesado en los ovnis desde 1979. A partir del 2 de febrero de 1980, Bennewitz comenzó a notar extrañas luces volando sobre la base y las filmó en varias ocasiones. También tomó fotografías. Luego informó a los guardias de seguridad de la base de Kirtland. Un consultor científico de la base confirmó la autenticidad de los registros, así como el hecho de que representan objetos de origen desconocido. Sin embargo, los militares mostraron un sospechoso desinterés en una mayor investigación.

Entonces Bennewitz, que mientras tanto se había convencido de que los militares estaban ocultando una colaboración sucia con extraterrestres, decidió tomar la investigación por su cuenta. Presentó sus hallazgos el 10 de noviembre de 1980, en una sala de conferencias en la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland. Con la ayuda de instalaciones sofisticadas, recibió señales de muy baja frecuencia emitidas por hipotéticos ovnis. En esta ocasión, descubrió que los ovnis poseen una base subterránea cerca de Dulce (Nuevo México).

Muchos investigadores de ovnis se reunieron con Bennewitz para aprender sobre su investigación; entre ellos estaba el investigador Jacques Vallée, quien creía que las señales recibidas por Bennewitz eran reales, solo que no estaban relacionadas con ovnis, sino con experimentos militares secretos.

El hecho es que, después de estas revelaciones, Bennewitz comenzó a recibir amenazas, para dejar de rastrear esas señales. Su reacción fue exactamente la contraria: las amenazas lo convencieron de que el ejército estadounidense ocultaba relaciones "sucias" con extraterrestres, por lo que continuó detectando señales con aún más celo.

Luego comenzó a recibir todo tipo de documentos que, además de verdades obvias, también contenían sutiles intoxicaciones sobre tratados secretos con extraterrestres, sobre la existencia de bases subterráneas, sobre intercambios tecnológicos, etc. Poco a poco, atrapado en medio de una red de desinformación cada vez más extraña, Bennewitz se derrumbó mentalmente. Se atrincheró en la casa, guardó armas para protegerse de los extraterrestres que lo visitaban noche tras noche, atravesando la pared para inyectarle productos químicos nocivos, etc. (o al menos eso es lo que pensaba). Las manipulaciones a las que fue sometido lograron su objetivo. Una persona incómoda se hizo inofensiva.

Fuente: Lovendal