Transhumanismo - El objectivo de la Agenda 2030
La agenda satánica globalista es modificar genéticamente a la humanidad para convertirla en no humanos utilizando tecnología de ARNm.
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La sobrevaluada agenda 2030, no es más (ni menos) que un elaborado plan para transformar a la humanidad, política, económica, social, cultural, e incluso genéticamente.
La guerra fría, fue la disputa entre Estados Unidos y la Unión Soviética por dominar el mundo.
Esta dualidad USA/URSS se rompe en los ´80, cuando China se sube al tren, cae la URRS, y el modelo USA se impone.
Los partidos y organizaciones socialistas dijeron que ese modelo no era la panacea de la paz, del desarrollo y del bienestar de un mundo que debía converger en una “casa común”.
Durante los ´90 estas 3 potencias acordaron cómo gobernar el mundo, bajo un mismo sistema económico, político, social y cultural.
El enfrentamiento ricos/pobres, padres/hijos, hombres/mujeres, establecería fórmulas comunes para disolver naciones y reconfigurarlas en algo distinto.
Entre los ´80 y los ´90 las potencias más destacadas movían la batuta en las Cumbres del G7/G8 o en el Club Bilderberg, mientras la ONU, con sus organizaciones, extendía las santificadas ordenes que los gobiernos debían acatar.
Los partidos de derecha estaban de acuerdo con los organismos internacionales y los magnates, y aparentemente en contra del globalismo. La izquierda socialista, comunista y anarquista, se constituía en organizaciones como el Foro Sao Paulo, el Foro Económico Mundial (Foro Davos), el Grupo Puebla, el Foro Social Mundial, América Business Forum, etc.
El acuerdo consistió en que, por un lado, China consolidaría su Capitalismo de Estado y se le permitiría una acción preponderante en los mercados internacionales.
Por otro lado, los Estados democráticos, irían debilitando y restringiendo las libertades clásicas, políticas y personales, pareciéndose cada vez más al régimen político chino.
Lo harían, si estuvieran convencidos de que la causa de todos los males eran las políticas liberales llevadas hasta ese momento.
Proliferaron “salvadores” gobiernos de izquierda; y entonces, tanto las derechas como las izquierdas defendieron el globalismo.
En las instituciones educativas y los medios de comunicación, la difusión del pseudo ecologismo, propone que el ser humano es una simple pieza de la Madre Tierra, y que debe “evolucionar” para hacer efectiva esa integración, para ser digno de ella.
Las tecnologías de la información y comunicación con la inteligencia artificial, con las tecnologías cognitivas y de transferencia mental, con la nanotecnología, con la biotecnología e la ingeniería genética y la farmacología, esta mutación sería posible.
Pero como somos muchos, y no podrían convencernos a todos, hubo que implantar la idea de que no hay suficiente espacio, ni recursos para todos.
Primero los imperfectos y los no queridos, y ya que estamos hagámosle el favor a los que ya no quieren vivir: eutanasia, eugenesia, aborto; y propiciemos (sin ser explícitos) el exterminio de pobres, negros, hindúes, asiáticos.
Planned Parennhood, Population Research Institut, los planes de vacunación de la OMS como el tétanos en los ´90 y 2000, que generaron una respuesta inmune que atacaba a las hormonas responsables de la ovulación y el desarrollo del embarazo, esterilizando así a un gran número de las poblaciones donde se llevaron a cabo. 2020… Covid, vacunas obligatorias que ni curan ni previenen la enfermedad, ni la muerte, pero cuyos efectos son aún, una caja de pandora.
Hacia 2030 los avances tecnológicos serán más rápidos que la capacidad de adaptación de la sociedad y será inevitable la reconstrucción.
Fereidoun M. Esfandiary, autor del manifiesto transhumanista, designó el año 2030, como fecha en la que deberían alcanzarse sus objetivos. Cuarenta años después, las elites globalistas formalizan una agenda que se llama, precisamente 2030 ¡CHAN!
Cultivar está mal, criar ganado está mal. La locura es total, pero está tan bien argumentada que nadie se puede resistir.
Es momento de levantarse en defensa de la producción de alimentos. Es momento de que les paremos la pelota.
Es momento de llamar a la cordura, y de aprender y de enseñar con claridad y paciencia, a quien quiera oír, o a quien tenga dudas (porque los fanáticos ya están perdidos) que lo primero que debemos proteger es a nuestros granjeros, y su derecho a producir alimentos naturales y saludables, para que no nos falten salud e intelecto, para enfrentar lo que se viene.
Con la amabilidad de Antonio Peña, Dr. en Historia, Universidad Autónoma de Barcelona.
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