El control de los cerebros humanos

Desde la década de 1990, Mojmir Babacek se ha esforzado por ayudar a lograr la prohibición internacional del control remoto de la actividad del sistema nervioso humano y las mentes humanas con el uso de la neurotecnología. Recientemente ha afirmado que "es necesario que los gobiernos del mundo firmen un acuerdo internacional que prohíba el uso de neurotecnologías e inteligencia artificial para controlar la actividad de los cerebros humanos". El uso de neuroarmas, según Mojmir Babacek, es un proyecto estadounidense que se está implementando para obtener el control global.

Explica por qué en el siguiente artículo:

Las neuroarmas y la "batalla" mundial por el control de los cerebros humanos. Debe detenerse inmediatamente.

En diciembre de 2021, la Escuela Naval de posgrado de Monterey, California, aprobó para su divulgación pública el estudio de sus estudiantes Joshua D. Gramm y Brian A. Branagan con el título "¡La neuroguerra está aquí!", lo que les valió una Maestría en Ciencias en Análisis de Defensa (ver esto). En el estudio afirmaron:

"La competencia entre las grandes potencias ha vuelto a la vanguardia de las relaciones internacionales, ya que China y Rusia buscan disputar el liderazgo global de Estados Unidos... Este concurso es, en última instancia, una batalla... para manipular y controlar tanto a los adversarios como a las poblaciones domésticas. La batalla por la influencia comienza y termina en la mente humana, donde se percibe la realidad" (pág. V).

Identificaron las neuroarmas como las armas de esta batalla, "que se dirigen específicamente al cerebro o al sistema nervioso central con el fin de afectar el estado mental de la persona objetivo, la capacidad mental y, en última instancia, el comportamiento de la persona de una manera específica y predecible" (pág. 3). ¿No significa esto que vivimos en un mundo en el que los medios de comunicación de masas (a petición de los gobiernos) ocultan a la gente la batalla en curso por el control de sus mentes y pensamientos?

En el año 2000 el Panel para el Futuro de la Ciencia y la Tecnología (STOA) del Parlamento Europeo publicó el estudio sobre Tecnologías de Control de Multitudes, donde admitía que "En octubre de 1999 la OTAN anunció una nueva política sobre armas no letales y su lugar en los arsenales aliados" y explicaba que

"La tecnología antimaterial y de control de multitudes no letal más controvertida propuesta por los EE.UU. son las llamadas Armas de Radio Frecuencia o Energía Dirigida que supuestamente pueden manipular el comportamiento humano en una variedad de formas inusuales" y "la mayor preocupación es con los sistemas que pueden interactuar directamente con el sistema nervioso humano... La investigación llevada a cabo hasta la fecha, tanto en los Estados Unidos como en Rusia, puede dividirse en dos áreas relacionadas: (i) el control mental individual y (ii) el control de masas" (pág. XIV, LIIII).

El hecho de que los medios de comunicación de los países de la OTAN nunca hayan hablado públicamente de esas armas demuestra que los Estados miembros de la OTAN firmaron un acuerdo por el que clasificarán su existencia. En consecuencia, la única manera de conseguir que esas armas se prohíban es desclasificarlas mediante un apoyo masivo a su prohibición. Si esto sucede, la UE, que actualmente está trabajando en la legislación sobre inteligencia artificial, tendrá que incluir allí, para seguir siendo una estructura de poder democrática a los ojos de los ciudadanos, la prohibición del uso de energías que permitan utilizar la inteligencia artificial y las neurotecnologías para el control remoto del sistema nervioso humano.

En realidad, la UE es la única gran aglomeración de Estados que no posee tecnología de manipulación masiva de cerebros humanos. China, con la ayuda de Rusia, terminó recientemente la construcción de su sistema en Sanya, en la provincia de Hainan (ver esto y esto), Estados Unidos opera el sistema HAARP y Rusia opera el sistema Sura. Todos estos sistemas son, entre otras cosas, capaces de producir fuertes corrientes eléctricas en la ionosfera transmitiendo allí, mediante sistemas de antenas terrestres, microondas pulsadas en frecuencias cerebrales.

Esas corrientes alternas producen en la ionosfera fuertes ondas electromagnéticas en las frecuencias cerebrales que llegan a grandes zonas del planeta y controlarán la actividad cerebral de sus poblaciones (el sistema Starlink de Elon Musk con 20.000 satélites alrededor del planeta podría utilizarse para el mismo propósito, o el sistema de satélites 5G, si estuvieran pulsando sus transmisiones en las frecuencias del cerebro humano).

En la actualidad no existe ningún acuerdo internacional que prohíba el uso de la inteligencia artificial y las neurotecnologías para el control remoto del sistema nervioso humano, los pensamientos, las emociones, el subconsciente, etc. No hay otra explicación para ello, sino que las grandes potencias están compitiendo para dominar el mundo de esta manera. En 1997, el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de los Estados Unidos publicó el libro "Revolución en Asuntos Militares y Conflictos Cortos de Guerra", donde escribió:

"Los partidarios potenciales o posibles de la insurgencia en todo el mundo se identificaron utilizando la exhaustiva Base de Datos Integrada Interinstitucional. Estos se clasificaron como "potenciales" o "activos", con sofisticadas simulaciones de personalidad utilizadas para desarrollar, adaptar y enfocar campañas psicológicas para cada uno" (pg. 24-25).

Este es un proyecto estadounidense para el control global del mundo. No hay duda de que proyectos similares se están desarrollando también en China y Rusia (aunque para controlar un cerebro individual, se tiene que usar energía dirigida).

Para evitar que la historia mundial llegue a este fin, es necesario que los gobiernos del mundo firmen un acuerdo internacional que prohíba el uso de neurotecnologías e inteligencia artificial para controlar la actividad de los cerebros humanos, cuya observación sería supervisada por la Organización de las Naciones Unidas (que eventualmente debería convertirse en una organización más bien democrática en lugar de una organización). controladas por superpotencias, que tienen derecho de veto).

Por ahora, sólo podemos evitarlo exigiendo al Parlamento Europeo que prohíba las tecnologías de control remoto de la actividad del sistema nervioso humano con el uso de energías, inventadas por los físicos. De este modo, la Unión Europea puede dar ejemplo y reto al resto del mundo.

Fuente: Mojmir Babacek en Global Research

Imagen de portada: La neurotecnología podría ayudar a las personas con discapacidad a usar sus pensamientos para controlar dispositivos en el mundo físico. También puede ser útil en sistemas de armas. Las empresas privadas, los ejércitos y otras organizaciones están financiando la investigación en neurotecnología. Crédito: Ejército de los Estados Unidos.

Fuente: Expose