La OMS se apodera del poder mundial con un tratado pandémico jurídicamente vinculante
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de firmar un tratado sobre pandemias amplio y jurídicamente vinculante, que le otorga una autoridad sin precedentes sobre las respuestas, la vigilancia y la censura sanitarias mundiales. Y a pesar de los esfuerzos por salir, Estados Unidos sigue bloqueado hasta 2026, gracias a las enmiendas respaldadas por Biden que atan a Estados Unidos a este régimen global no elegido.

Si bien los principales medios de comunicación enmarcan el tratado como una forma de "prevenir la desorganización" en futuras pandemias, la letra pequeña cuenta una historia diferente. El nuevo pacto otorga a la OMS el control sobre un sistema de vigilancia global las 24 horas del día, los 7 días de la semana, el intercambio centralizado de datos y la censura de la llamada "desinformación", lo que coloca una autoridad amplia en manos de un organismo no electo que no rinde cuentas a los votantes ni a los gobiernos nacionales.
Este acuerdo se produce a pesar de que el expresidente Trump comenzó la retirada de Estados Unidos de la OMS en 2020. Debido al impulso del presidente Biden para volver a comprometerse con la organización e implementar enmiendas controvertidas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI), Estados Unidos sigue sujeto a las directivas de la OMS hasta al menos 2026.
En el centro del tratado se encuentra la creación de un "Sistema de Acceso a Patógenos y Distribución de Beneficios" (PABS, por sus siglas en inglés) que permitiría el intercambio rápido de datos genéticos virales entre países y empresas farmacéuticas. Esto, dicen los partidarios, permitirá un desarrollo más rápido de vacunas. Pero los críticos advierten que es una puerta trasera para el control farmacéutico global, que elude la supervisión local en favor de la toma de decisiones centralizada de la OMS.
El tratado también exige que las compañías farmacéuticas participantes asignen el 10% de las vacunas, terapias y diagnósticos directamente a la OMS, y que otro 10% se ofrezca a "precios asequibles". Si bien esto puede sonar benévolo, en la práctica le da a la OMS los primeros dibs sobre los recursos pandémicos, independientemente de las prioridades nacionales.
Además, el acuerdo se relaciona directamente con las enmiendas del Reglamento Sanitario Internacional, que redefinen los "productos sanitarios" de manera tan amplia que ahora incluyen todo, desde vacunas y terapias génicas hasta EPI y antídotos. Bajo este marco, la OMS está haciendo valer el derecho de dictar el acceso, el uso e incluso la distribución de estos productos en todo el mundo.
Vigilancia 24/7, censura obligatoria y financiación
Quizás lo más preocupante es que el tratado exige sistemas de vigilancia global las 24 horas del día, los 7 días de la semana, el intercambio centralizado de datos y la censura de la llamada "desinformación". En otras palabras, la OMS, no los gobiernos nacionales, tendría la última palabra sobre qué información es "segura" para que el público la escuche durante una emergencia declarada.
También se requiere que las naciones financien estas iniciativas, convirtiendo los presupuestos nacionales en canales para la gobernanza de la salud mundial. Como algunos han dicho, este tratado tiene menos que ver con la salud y más con la construcción de un estado de seguridad médica permanente.
Para echar más leña al fuego, el Dr. Anthony Fauci reapareció pocos días antes de que se finalizara el acuerdo, advirtiendo al público sobre una posible nueva pandemia respiratoria. Al mismo tiempo, la FDA aprobó discretamente nuevas vacunas dirigidas a la gripe aviar H5N1, lo que llamó la atención de los críticos que ven que este patrón se repite con demasiada frecuencia.
¿Es casualidad que estas "emergencias" y advertencias oficiales siempre surjan justo a tiempo para justificar nuevas políticas globales?
Salir de la OMS, ahora
Mientras el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, celebraba el acuerdo como "un hito significativo", un número creciente de estadounidenses está pidiendo que Estados Unidos abandone total y permanentemente la OMS. Para muchos, permanecer bajo el control de un régimen de salud mundial centralizado y que no rinde cuentas es una línea roja.
Fuente: The peoples voice
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