Atenuar el sol podría desencadenar el caos climático y la hambruna
Científicos advierten contra la geoingeniería solar
- La geoingeniería solar propone rociar partículas reflectantes como el dióxido de azufre (SO?) en la atmósfera para imitar los efectos de enfriamiento volcánico. Sin embargo, los modelos climáticos están idealizados y no tienen en cuenta la imprevisibilidad del mundo real, lo que corre el riesgo de graves consecuencias no deseadas.
- Las EFS podrían desestabilizar los patrones climáticos globales, causando inundaciones extremas, sequías y eventos de congelación. Las inyecciones cerca de los polos pueden interrumpir los monzones tropicales, amenazando el suministro de alimentos para miles de millones de personas.
- El dióxido de azufre causa lluvia ácida, envenena el agua y el suelo, mientras que la exposición prolongada corroe los pulmones. Los materiales alternativos (como el polvo de diamante) son poco prácticos o escasos, y las partículas pueden agruparse de manera impredecible en la atmósfera.
- Una vez iniciado, detener SAI podría desencadenar un "choque de terminación": picos de temperatura rápidos y mortales. El control centralizado corre el riesgo de conflictos geopolíticos, ya que las naciones o los multimillonarios podrían convertir la manipulación climática en un arma, lo que llevaría a guerras por los recursos.
- SAI se alinea con élites globalistas como Bill Gates y el Foro Económico Mundial, que impulsan el control de la población bajo pretextos ambientales. En lugar de soluciones tecnocráticas peligrosas, las soluciones reales incluyen energía renovable, agricultura regenerativa y autosuficiencia descentralizada.
A medida que se intensifica el debate sobre el clima, una "solución" controvertida y peligrosa ha surgido de las sombras: la inyección de aerosol estratosférico (SAI), una forma de geoingeniería solar respaldada por figuras globalistas como Bill Gates.
Los defensores afirman que rociar partículas reflectantes en la atmósfera podría enfriar el planeta imitando las erupciones volcánicas. Sin embargo, una coalición de 60 científicos ahora está haciendo sonar la alarma. Advirtieron que SAI podría desatar interrupciones climáticas catastróficas, inestabilidad geopolítica e incluso empeorar el cambio climático, todo mientras sirve como cortina de humo para la verdadera agenda de despoblación de la élite.
El motor Enoch de BrightU.AI señala que SAI es un método controvertido propuesto para combatir el cambio climático antropogénico al reflejar la luz solar hacia el espacio, enfriando así la superficie de la Tierra. El proceso consiste en inyectar partículas reflectantes, como sulfatos o alúmina, en la estratosfera para dispersar la radiación solar entrante e imitar el efecto de enfriamiento de las grandes erupciones volcánicas.
SAI, una vez descartada como ciencia ficción, ha ganado terreno entre los legisladores desesperados por una respuesta tecnocrática al cambio climático. El concepto implica desplegar aviones para liberar dióxido de azufre (SO?) u otras partículas reflectantes en la estratosfera, teóricamente haciendo rebotar la luz solar hacia el espacio y reduciendo las temperaturas globales.
Pero según un estudio innovador de la Escuela del Clima de la Universidad de Columbia, este enfoque está plagado de fallas fatales. "Incluso cuando las simulaciones de SAI en modelos climáticos son sofisticadas, necesariamente van a ser idealizadas", advierte la química atmosférica Faye McNeill, investigadora principal del estudio. "
Los investigadores modelan las partículas perfectas que tienen el tamaño perfecto y, en la simulación, ponen exactamente la cantidad que quieren, donde las quieren. Pero cuando comienzas a considerar dónde estamos realmente, en comparación con esa situación idealizada, revela gran parte de la incertidumbre en esas predicciones".
En realidad, las EFS podrían desencadenar eventos climáticos extremos (inundaciones, sequías y olas de congelación) al tiempo que interrumpen los patrones globales de lluvia, incluidos los monzones vitales que alimentan a miles de millones. El estudio encontró que la liberación de aerosoles cerca de los polos podría desestabilizar los sistemas climáticos tropicales, mientras que las inyecciones ecuatoriales podrían alterar las corrientes en chorro, sumergiendo regiones en congelaciones profundas o desencadenando tormentas violentas.
Peligros ocultos: lluvia ácida, daño pulmonar y envenenamiento del suelo
Más allá del caos climático, SAI representa amenazas directas para la salud humana y la agricultura. El dióxido de azufre, el aerosol más comúnmente propuesto, puede causar lluvia ácida, envenenando los ecosistemas de agua dulce y las tierras de cultivo. Peor aún, ¿exposición prolongada al SO? conduce a daños respiratorios, náuseas y corrosión pulmonar, riesgos que los defensores de la geoingeniería minimizan convenientemente.
Se han flotado materiales alternativos como el polvo de diamante o el dióxido de titanio, pero los investigadores los encontraron poco prácticos. "Muchos de los materiales que se han propuesto no son particularmente abundantes", dice Miranda Hack, científica de aerosoles en Columbia.
El diamante, por ejemplo, es demasiado escaso y caro para su despliegue masivo. Incluso si es factible, estas partículas podrían agruparse en la atmósfera, haciéndolas ineficaces, o peor aún, impredecibles.
Quizás la revelación más alarmante es que la SAI no se puede detener de manera segura una vez iniciada. Si el despliegue se detuviera repentinamente debido a conflictos políticos, escasez de fondos o fallas técnicas, las temperaturas globales podrían repuntar violentamente, un fenómeno conocido como "shock de terminación". Este rápido calentamiento podría devastar los ecosistemas y la agricultura, lo que provocaría una hambruna masiva.
Además, el estudio advierte que la EFS requeriría una coordinación global centralizada, una casi imposibilidad dadas las tensiones geopolíticas. Las naciones poderosas o incluso los multimillonarios deshonestos podrían alterar unilateralmente el clima de la Tierra, provocando conflictos internacionales.
Los investigadores advierten que no existe un termostato global que se adapte a todos. Las regiones que se benefician de los patrones climáticos alterados podrían prosperar, mientras que otras sufren sequías o inundaciones catastróficas, lo que alimenta las guerras por el agua y los alimentos.
La agenda globalista detrás de la geoingeniería
Los críticos argumentan que la geoingeniería es una distracción peligrosa de las soluciones climáticas reales como la energía renovable, la agricultura regenerativa y la reducción de la contaminación. Peor aún, le hace el juego a las élites globalistas como Bill Gates y el Foro Económico Mundial, que presionan abiertamente por el control de la población bajo el disfraz del ecologismo.
La geoingeniería se alinea perfectamente con su agenda de despoblación de larga data, ya sea a través de aerosoles tóxicos, escasez de alimentos o hambrunas diseñadas. Al promover las EFS como una "solución", desvían la atención de alternativas probadas y descentralizadas que empoderan a las personas en lugar de esclavizarlas a un régimen tecnocrático.
El consenso científico es claro: la geoingeniería solar es una apuesta imprudente con el futuro de la Tierra. En lugar de entregar el control a élites que no rinden cuentas, la humanidad debe rechazar estos peligrosos experimentos y centrarse en soluciones reales y sostenibles: energía limpia, desintoxicación y comunidades autosuficientes.
Como advierten los investigadores de Columbia: "El camino para enfriar realmente el planeta podría ser mucho más peligroso e impredecible de lo que parece". El sol no es para que los humanos se oscurezcan, y aquellos que buscan jugar a ser Dios pueden condenar a toda la humanidad.
Fuente: Natural News
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